OYENDO RADIO
Asuntos varios

OYENDO RADIO<BR><STRONG>Asuntos varios</STRONG>

POR EDGAR REYES TEJEDA
Durante las últimas dos  semanas la radio, al igual que los otros medios  ha reflejado el horror, el miedo y la incertidumbre de la colectividad ante el siniestro embate de una delincuencia sin precedentes, que como los viejos monstruos de las series televisivas de mi infancia, parece crecer mientras más se le ataca.

La radio, por ser un medio más accesible, ágil y espontáneo, revela con abrumadora  y agobiante crudeza la multitud, diversidad y cobertura social que alcanza este malsano fenómeno, así como los niveles de temor e intranquilidad que genera tanto en los grandes núcleos urbanos como en cualquier pobladito de provincia.

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Me perturba y conmueve hasta el alma un anuncio radial en que las tiernas voces de inocentes niñas o niños hablan de abusos intrafamiliares. Es terrible entre una canción y otra, entre un comentario periodístico o un diálogo entre analistas, oír esas voces individuales   que resumen una realidad plural, cruel y desgarradora.

Sin embargo comprendo que aunque sean hirientes y dolorosas esas frágiles voces de denuncia deben hacerse audibles y potentes  para que todos sepamos, sin que nadie pueda alegar ignorancia al respecto, que existen innumerables niños y niñas que padecen el infierno  de sufrir atropellos desalmados y enfermizos y que peor aún, la gran mayoría de estos monstruosos delitos son perpetrados por parientes y gente cercana a los infantes abusados.

Cuando escucho estas vocecitas, a través de las cuales hablan muchas, muchísimas otras ocultadas por mucha irresponsabilidad   cómplice; juro que me dan ganas de morirme, no obstante deben oírse con frecuencia, cada vez mas altas y estentóreas hasta romper la injusticia y la barbarie que preferiría imponerle silencio.  

TRANSITANDO EL DIAL

Me enteré por Radio Francia Internacional  que en el museo de Las Artes Primeras, inaugurado el pasado martes por el Presidente Francés en una conocida zona de París, están presentes significativas muestras del arte Taino de la República Dominicana y Cuba, lo cual pienso debería ser destacado como una gran noticia cultural.

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Según supe la payola ya se cobra incluso por la difusión de videos y presentaciones en vivo por televisión. Evidentemente que la expansion    de los largos tentáculos del pago ilegal en los medios de comunicación  es la consecuencia lógica y previsible de una descomposición a la que no se le pone fin y que al parecer ha alcanzado un nivel definitivamente irreversible.

Lo que ocurre con la payola, es lo mismo que sucede en otros ámbitos y sectores de nuestra sociedad actual; los males no se combaten, por lo cual crecen hasta hacerse  invencibles, y ya que la payola se ha establecido de manera imbatible, ¿Qué tal si se legaliza de una buena vez el pago por difusión de obras artísticas populares, como si se tratara de publicidad normal y con tarifas similares a las del área publicitaria?.  Con esto al menos nos quitaríamos la careta.

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