Hoy 
POR EDGAR REYES TEJEDA
Pasó de nuevo sin pena ni gloria el Día Nacional del Locutor, sin significativas celebraciones ni eventos y tan sólo convenciones breves y casuales, como de pasada, en algunos medios de comunicación electrónicos.
Hace ya mucho tiempo que no escucho a ningún gremialista de este sector profesional exponer propuestas en torno a la elevación y enriquecimiento académico de la locución o clamar reivindicaciones sociolaborales para los locutores en ejercicio; al parecer esos trascendentes propósitos de profesionalización de los usuarios no ocasionales del micrófono se han convertido, al igual que la aspiración de un ejercicio pulcro, digno y didáctico de este trabajo, en reliquias idealistas de una época romántica de la radio, que hoy en día es apenas un nostálgico recuerdo.
En ocasión de la conmemoración el pasado martes 18 de abril del día del locutor, me permito recordar algunos nombres que de acuerdo a la percepción, siempre subjetiva y antojadiza de mi preferencia personal; fueron figuras notables del arte y oficio de la palabra hablada. Me refiero a voces como las de don Pedro Pérez Vargas, Oscar Iglesias, Radhamés Aracena, Lilín Díaz, Max Álvarez, Max Reynoso, Darío Aracena, Pedro Julio Santana, Marcia Matos; así como muchísimos otros y otras que escapan a mi escurridiza memoria, y para quienes no reclamo ni honores ni homenajes, sino que desde mi particular punto de vista, doy testimonio de que el simple y cotidiano hecho de escucharlos me producía deleite estético y que la huella sonora de estas voces marcó épocas y estilos.
Transitando el dial
El programa Punto Vivo que se transmite de 5 a 6 de la tarde por CDN La Radio, tiene como lema algo así como «hacemos lo mismo, pero de otra forma». Aguardamos con paciencia que logren concretar con hechos lo que promete su ambicioso slogan.
Ojalá que en la novena entrega de la Feria Internacional del Libro que inicia mañana, Radio Educativa Dominicana, como lo hiciera el pasado año, retransmita algunas de las conferencias, paneles y debates que tendrán efecto en el curso de esta gran fiesta del libro y la cultura que esta vez durará 14 días.
Los candidatos políticos que en estos días emiten sus propuestas y mensajes a través de anuncios por radio y televisión, deben tomar en cuenta al leer, las convenientes y pretendidamente convincentes palabras que les escriben sus asesores, que la voz humana tiene cierto dejo, una especie de sello o señal sonora que delata la autenticidad y sinceridad de quien habla, lo cual se ha probado científicamente mediante los llamados detectores de mentiras. Y en efecto, algunos mensajes políticos, aunque puedan estar bien concebidos, suenan poco creíbles.
Nada, que como dice el texto bíblico «de la abundancia del corazón habla la boca»; y así mismo habla la boca de la mezquindad y simulación de ciertos corazones, agrego.
