El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, llamó a la Junta Central Electoral (JCE) a estar apegada a la imparcialidad, para cumplir con su función de ser árbitro.
El religioso, quien ofició la eucaristía por el 94 aniversario del órgano electoral, dijo que como árbitro este nunca debe favorecer a ninguno de los bandos, pues desde el momento en que lo hace, deja de cumplir con su papel.
“El árbitro tiene que estar siempre apegado a la verdad, y nunca, absolutamente nunca, ser parcial por alguno de los bandos”, dijo Ozoria, quien consideró que la neutralidad es una característica imprescindible.
Destacó la importante función de esta entidad, que en estos 94 años ha pasado muchas cosas.
“Es imprescindible la imparcialidad del árbitro, este organismo debe caracterizarse por la imparcialidad”, insistió el prelado.
Los animó a mantener el apego a la verdad, que es la que conducirá a una verdadera libertad.
La misa estuvo encabezada por el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, y los demás miembros del pleno, Rosario Graciano, Henry Mejía y Roberto Saladín.
Las palabras de Ozoria coincidieron con las de Castaños Guzmán, quien en su intervención dijo que decidió cambiar su extenso discurso por cinco palabras que a su juicio recogían la manera de enfrentar los tantos desafíos.
“Primero la verdad: todo lo que haga la Junta Central Electoral debe estar determinado por la certidumbre”, y refirió la carta democrática de la Organización de los Estados Americanos, que habla de elecciones auténticas, fruto de la verdad.
La palabra justicia fue la segunda que, dijo, llegó a su mente.
“En tercer lugar el honor. Todo el mundo quiere que le llamen honorable. Honorable es cumplir con la palabra empeñada, el que llena su vida de certidumbre y fidelidad en el cumplimiento de las responsabilidades entregadas” expresó el titular ante empleados y funcionarios que participaron del servicio religioso.
Siguió con la transparencia, que según él es la sinceridad manifiesta en la acción visible.
En último lugar escogió la palabra templanza, la que definió como administrar el poder sin que te haga daño.