POR TONY MASSAROTTI
Del Boston Herald
ST. PETERSBURG, Fla.– Personalmente, creo que están acabados. Y en sus corazones, uno se pregunta si ellos lo saben. “Esta era una temporada en la que podíamos estar 10 juegos por encima de ellos”, dijo David Ortiz luego de la derrota ante Tampa Bay en el Tropicana Field. “Los Yanquis no pueden jugar peor de lo que lo hicieron al comienzo de la temporada este año. No pueden jugar peor de ahí”.

Sin embargo aquí estamos, 13 días y 12 juegos antes del final de la temporada regular del 2005, y los Medias Rojas y Yanquis están separados por medio juego en el Este de la Liga Americana, Boston y Nueva York tienen precisamente la misma cantidad de derrotas.

Y aunque los Medias Rojas están delante – técnicamente, por lo menos – los perseguidores y los perseguidos parecen haber cambiado papeles de nuevo.

Todo no ha terminado, claro, pero parece como si lo estuviera. Una vez poseedores de una ventaja de cinco juegos y medio en la división, los Medias Rojas solo poseen un pequeño margen.

Y con cada día que pase, los Medias Rojas parecen deteriorarse cada vez más, desintegrándose más y más.

“Seguimos en primer lugar, ¿verdad?”, respondió David Wells a los periodistas después del juego. “Todavía nos quedan más partidos. Cualquier cosa puede suceder”.

Y de eso precisamente es que deben preocuparse los Medias Rojas.

Realmente, ¿qué más puede salir mal? Aparte de Ortiz, que sigue dando palos en las entradas finales como si el fuera Thor, los Medias Rojas se ven cansados, sin espíritu y desgastados.

Y eso es cierto, sin importar lo que digan.

“Si no me sintiera confiado, sería una porquería”, dijo Francona. “Nuestra meta es salir a jugar y hacerlo mejor todos los días”.

“Por la forma en que estos muchachos están jugando ahora mismo, uno tiene que poner mucha fuerza para ganarles”, dijo Ortiz de los Devil Rays, aunque podía haberse referido a los Yanquis. “Hay que jugarles bien”.

O, simplemente, puedes despedirte de los playoffs.

VERSIÓN DIONISIO SOLDEVILA BREA