Pablo Picasso en 29 joyas  litográficas

Pablo Picasso en 29 joyas  litográficas

MARIANNE DE TOLENTINO
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La Galería Nacional de Bellas Artes, gracias a la generosa colaboración del Banco Promérica y de la Fundación Ortiz Gurdián, presenta la colección de los “Retratos imaginarios” de Pablo Picasso en el Salón de la Rotonda. Don Ramiro Ortiz Mallorga, entusiasta coleccionista nicaragüense, cedió esta secuencia excepcional para una exposición itinerante en la región centroamericana, y Santo Domingo es, hasta  la segunda semana de junio,  la sede de tan importante aporte cultural. Lo consideramos una cita obligada para todos los que aman el arte.

La muestra es un ejemplo en sus distintas vertientes: excelencia de la obra, nivel de la museografía, claridad del enfoque, calidad del catálogo y aún del folleto tomado discrecionalmente. Queremos insistir en la parte del montaje, que el arquitecto Fernando Ottenwalder ha realizado esmeradamente, colgando los cuadros en paneles ligeros y transparentes, acompañándolos de un estudio, una investigación, una recolección de imágenes y datos, sobre los retratos, la litografía, la obra y la vida de Pablo Picasso. El espectador sale no solamente fascinado por una colección magnífica, sino provisto de una información valiosa, y el aspecto didáctico –no excesivo– conviene particularmente a los escolares y estudiantes. Hoy, una exposición debe contribuir a la formación, y ciertamente es el caso de estos “Retratos imaginarios”, que muestran la extraordinaria virtuosidad del genial artista en la categoría del retrato.

Picasso y el retrato.  La contundencia de los retratos en la producción artística de Picasso se extiende desde el período catalán de extrema juventud hasta las postrimerías de una ancianidad todavía fértil la víspera de su muerte. Sin embargo, la producción gigantesca de un itinerario apasionado y prolijo, dirige la atención, primero en las constantes hazañas formales, luego en las obsesiones y los compromisos de un creador inagotable, ¡sin que nos demos cuenta de que prácticamente la obra entera de Picasso se fundamentó en el retrato!

Esa identificación incompleta se explica porque, al respecto de Pablo Picasso, nuestra mirada enfatiza otros aspectos de la obra, pero esencialmente por la concepción que solemos tener del retrato: una obra de encargo, una aproximación a la realidad y el modelo. La mayoría de los retratos ejecutados por Picasso no fueron encargados, él los hacía por placer, por amistad o por amor: el pedido de un particular no iba con su personalidad. En cuanto al parecido, nuestra fijación sobre la deformación, vista como naturaleza picassiana primordial, la aleja del habitual retratismo, aunque él también dibujó y pintó exquisitos retratos neo-realistas.

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