“Dios me ha dado el valor para estar parado, aquí, para despedir a mi amado hijo, Luis Alfredo”, declaró el presidente de la Cámara de Diputados al sepultar el cadáver del hijo que le asesinaron en Houston.
La ceremonia fue ayer, con familiares y amigos, en la ciudad de Nueva York.
Despidió a Luis Alfredo Pacheco Rojas con desgarradoras palabras, con dolor de padre.
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De pie, al lado del féretro, abatido por los días transcurridos desde el pasado 1 de abril, cuando a su hijo de 34 años, varios hombres les arrebataron la vida, en Texas, Estados Unidos, Pacheco decía lo que salía de su melancólico corazón. Sereno, con el último discurso que no escuchaba Luis Alfredo, en el ataúd rodeado de flores bancas, en el Woodoawn Cementery, en el Bronx, pasada las 9:30 de la mañana, se escucha el llanto del adiós y la desesperación de la madre del joven que se abría paso en la música urbana. Pacheco, quien viajó a Nueva York para el velatorio y sepelio del vástago que dejó que le dejó nietos, expresó que ninguno de ellos estábamos preparados para su partida, a destiempo.
El presidente del Senado, Ricardo de los Santos, encabezó la delegación de legisladores que acompañó al dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), integrada por varios diputados. El cónsul dominicano en Nueva York, Eligio Jáquez, representó a la comitiva en el exterior. Pacheco, un político y legislador que mantiene los temas de su familia fuera del ámbito público, en la tarde de ayer, envió un mensaje de agradecimiento por el apoyo y la solidaridad que lo embarga, en lo que describe como su difícil momento. “Sé que su recuerdo vivirá para siembre en nuestros corazones”.