Pacientes renales claman atención

Pacientes renales claman atención

POR ALTAGRACIA ORTIZ GOMEZ
Los bolsillos de los pacientes renales que se dializan en el hospital Salvador B.Gautier ya no aguantan más presión, pues por cada diálisis que reciben deben pagar equipos por valor de RD$2,500.00 pesos. Deben dializarse tres veces a la semana.

Por esa razón, los más de 160 pacientes que se dializan en ese hospital pidieron al Presidente Hipólito Mejía que visite la Unidad de Diálisis, para que compruebe lo que es «morirse lentamente», por falta de fármacos.

La situación era calamitosa en el día de ayer. Desde primeras horas de la madrugada los pacientes comenzaron su «viacrucis», esperando largos turnos y con fundas llenas de medicamentos, agujas, químicos y filtros, que permiten la diálisis.

El hospital estaba en total oscuridad, los médicos de esa unidad conversaban en los pasillos, porque la falta de energía eléctrica no les permitía escribir, ni ver los pacientes afectados por diversas enfermedades crónicas.

Los pacientes se tornaron enérgicos ante la presencia del equipo de prensa de HOY. «Díganle por su periódico al Presidente de la República que nos venga a ver a nosotros, pero que venga sin avisar, para que él sepa lo que es morir lentamente», expresó Juan de los Santos Ortiz, un paciente que viene a dializarse tres veces a la semana desde el municipio de Haina.

Otro paciente que conversó con reporteros de HOY fue Felipe Vásquez, del municipio de Castillo, provincia Duarte. Mientras se dializaba expresó que no quiere morir todavía, porque aunque sabe que esa es una realidad natural, «debe ser cuando a uno le llegue la hora».

Mostraron cada uno de los medicamentos y los insumos que deben comprar para recibir el tratamiento que les limpia su sangre y que les permite seguir viviendo.

Ramona Amézquita, una paciente que viene al Gautier desde San Francisco de Macorís, aseguró a este diario que ya no aguanta el peso que le genera cada semana la búsqueda de RD$7,500.00 pesos.

«Señor Presidente, no nos deje morir, envíe los equipos de diálisis, porque esta es una enfermedad muy costosa y nosotros somos empleados pensionados, que ya no tenemos fuerza», dijo Castillo.

La mayor parte de las consultas y las cirugías han sido suspendidas, mientras que en el área de emergencia los medicamentos brillan por su ausencia.

Los laboratorios y el área de radiología son infuncionales y la impotencia se ha apoderado del personal del hospital, que ni siquiera han reparado en que a 28 días del mes de julio, todavía no han cobrado su salario.

En la sala de cirugía se han hecho acuerdos para programar las cirugías de emergencia, pues la vida de los enfermos corre peligro a cada instante.

Los médicos, las enfermeras y los asistentes del sistema, son el único hálito de esperanza que tienen los enfermos, pero todos ellos saben que no existen reales posibilidades de mejorar su estado si no tienen medicamentos, alimentación y cuidados adecuados.

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