Pactan alto el fuego Faluja; matan empleados TV

Pactan alto el fuego Faluja; matan empleados TV

BAGDAD.- La coalición militar internacional dirigida por Estados Unidos en Irak anunció ayer un acuerdo de alto el fuego en la ciudad sunita rebelde de Faluja, que prevé, en particular, el establecimiento de patrullas comunes con las fuerzas de seguridad iraquíes y la entrega de armas, mientras los marines preparan un plan de reconstrucción de la ciudad, que se eleva a 77 millones de dólares.

Al término de varios días de negociaciones, el portavoz de la coalición Dan Senor afirmó que el acuerdo con los responsables locales en Faluja prevé también una amnistía para las personas que entreguen armas pesadas, el acceso a los hospitales y disposiciones para el entierro de los muertos.

En una conferencia de prensa en Bagdad, indicó que las dos partes se han comprometido también a adoptar todas las medidas necesarias para establecer un alto el fuego «total y permanente», pero advirtió, que en caso de violación, se llevarán a cabo «hostilidades de gran alcance» sin previo aviso.

Durante el sitio y los mortíferos combates que han durado dos semanas en Faluja, a 50 km al oeste de Bagdad, más de 600 iraquíes han muerto, según fuentes hospitalarias, mientras que las fuerzas estadounidenses han vivido el mes más sangriento desde el fin oficial de las hostilidades mayores en Irak, el 1 de mayo de 2003, con un centenar de bajas en sus filas.

[b]Matan empleados tv Iraquí[/b]

Soldados estadounidenses mataron a tiros el lunes a dos empleados de un canal de televisión iraquí financiado por Estados Unidos, e hirieron a otro, afirmó el canal.

El corresponsal Asaad Kadhim y su chofer Hussein Saleh, ambos del canal Al-Iraqiya, murieron en el incidente en la ciudad de Samara, señaló la emisora. El camarógrafo Bassem Kamel resultó herido, agregó.

El suceso ocurrió porque «los soldados estadounidenses abrieron fuego contra ellos cuando cumplían con su deber», dijo la emisora. «Hasta el momento se desconocen las circunstancias en que ocurrió el incidente».

Un portavoz del ejército en Bagdad dijo que las autoridades lo investigaban.

Richard Jones, adjunto del administrador estadounidense Paul Bremer, dirigió la delegación de la coalición en las negociaciones de Faluja. Sus interlocutores fueron los emisarios de tres miembros sunitas del Consejo de Gobierno y notables de la ciudad.

Según los términos del acuerdo, se ha decretado una amnistía para las personas que entreguen sus armas pesadas, desde el fusil con mira telescópica, a los misiles tierra-aire, y las municiones.

«Las partes se pusieron de acuerdo en que las fuerzas de la coalición no reanudarán su ofensiva si los habitantes entregan sus armas pesadas», dijo.

El acuerdo insiste también en la necesidad de restablecer la ley y el orden lo antes posible, reconstruir el sistema judicial, iniciar las investigaciones criminales y reformar rápidamente la policía y los paramilitares.

La policía local se encargará de investigar la muerte y las mutilaciones de cuatro empleados de seguridad estadounidenses, el 31 de marzo en Faluja, origen de la ofensiva estadounidense. Hasta ahora, la coalición exigía que como condición para cualquier acuerdo, fueran entregados los culpables.

La policía y las fuerzas de defensa civil (auxiliares del ejército) «apoyadas por los residentes de Faluja y la coalición deben eliminar a los combatientes extranjeros, los criminales y los traficantes de droga para restaurar la estabilidad y la seguridad».

Según el acuerdo, las fuerzas estadounidenses dejarán abiertos los accesos al hospital general, que cerró sus puertas el primer día de los combates, permitirán el entierro de los muertos, la distribución de alimentos y medicamentos, la reducción del toque de queda en dos horas por la noche para que los fieles puedan acudir a la oración.

Además, el martes se iniciará el retorno de 5.000 familias que huyeron de los combates, precisó Senor.

Al mismo tiempo, el Cuerpo de Marines estadounidenses prevé reparar los daños causados en dos semanas de sangrientos combates. Mezquitas, fábricas y viviendas han sufrido importantes daños, así como la infraestructura, reconoció el teniente coronel Alan Burghard.

«Ahora hay que reconstruir y reparar lo que funcionaba», señaló el militar, antes de agregar que además de los daños colaterales, los rebeldes probablemente sabotearon las instalaciones en la ciudad.

El nuevo plan propuesto prevé inyectar 500.000 dólares en los próximos 30 días una vez restablecida la calma en la ciudad, en particular para la recogida de basura, la reparación de las calles y las viviendas dañadas en los combates.

El resto, hasta llegar a los 77 millones, se gastará en fases sucesivas.

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