Pacto de París: lo global y lo local

Pacto de París: lo global y lo local

El pacto ambiental de París impone a cada firmante la tarea de bajar sus aportes de gases de efecto invernadero. La suma de los esfuerzos de las partes permitiría alcanzar la meta de evitar que la temperatura del planeta suba en dos grados. Como en cada país, nuestra producción y consumo de energía tiene impacto en el ambiente. Cada uno deberá trabajar para aminorar ese impacto, reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero.

En nuestro caso, parece que será necesario revisar aspectos de la política oficial que procura reducir los costos de generación de electricidad. El presidente Danilo Medina invitó a los empresarios a invertir en el sistema de Punta Catalina, a base de carbón. Conociendo la alta contaminación que produce el carbón mineral, parece aconsejable estimular la inversión en fórmulas basadas en combustibles menos contaminantes, sin desmedro de las posibles inversiones en las plantas cuya instalación ya está muy avanzada.

Hay que apresurar soluciones que reduzcan el gran impacto ambiental del transporte, basado mayormente en unidades de baja capacidad, cuya pobre eficiencia se agrava por el desorden de circulación. También se debería estimular la inversión en fincas de paneles solares para vender energía al sistema interconectado, así como su instalación en empresas y hogares. Aportemos un granito de arena por el planeta.

Hora de sacar los  alcoholímetros

El levantamiento de las restricciones a la venta nocturna de bebidas alcohólicas incrementa los riesgos de accidentes de tránsito para un país como el nuestro, que ostenta el segundo lugar mundial en cuanto a muertes por esa causa. Las autoridades, que conocen más que cualquiera esa situación, deberán diseñar medidas de control para disminuir esos riesgos, y una fundamental sería “desempolvar” los alcoholímetros para evitar que personas bajo los efectos del alcohol y otras sustancias, anden por ahí llevándose el mundo por delante.

La conducción irresponsable ha sido una de las epidemias sociales más dañinas, y más aún en épocas en que aumenta considerablemente el consumo de alcohol. Las autoridades no deben temer a parecer impopulares. Con la ley en la mano, cero tolerancia para toda violación a las reglas de convivencia.

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