Tras meses empleados en considerar más de 35 mil propuestas de soluciones a los problemas que afectan la calidad de nuestro Sistema de Instrucción Pública provenientes de ciudadanos (plural genérico) familiarizados con los servicios que presta ese sector, titulares de los ministerios de Educación y de la Presidencia de la República, miembros del Consejo Económico Social, rectores de universidades, líderes sindicales y comunitarios, representantes del empresariado y unas que otras personalidades de la sociedad civil lograron ponerse de acuerdo en relación a cómo garantizarles a todos los ciudadanos dominicanos el derecho a una educación pública de calidad, tal y como lo establece al Artículo 63 de la Constitución de la República. Después de esto, se procedió a la redacción, y posterior firma, del Pacto Nacional para la Reforma Educativa suscrito por el presidente Danilo Medina y por todo el liderazgo político nacional. Las discusiones alrededor de las diez mesas de trabajo fueron en todo momento cordiales, informales, espontáneas y altamente ilustrativas. Como era de esperarse, los participantes en las mismas escuchamos una amplia variedad de puntos de vista en relación con las propuestas sometidas. Todas esas acciones encierran buenos augurios para el futuro de la educación en República Dominicana, a pesar de los numerosos y difíciles problemas que aún quedan por resolver durante este peculiar período de reforma educativa.
Desde la llegada al país del insigne patriota y maestro puertorriqueño Eugenio Marías de Hostos a finales de la década de los años 80 del siglo 19, la República Dominicana viene realizando esfuerzos en pos del mejoramiento de su Sistema de Instrucción Pública: Hostos (1987-1903); Julio Ortega Frier (1916-1924); Pedro Henríquez Ureña (1931-1932); Misión Educativa Chilena (1938-1939); Joaquín Balaguer (1949-1953); Agencia Internacional para el Desarrollo 1966-1970); Plan Decenal de Educación (1993-2003); Foro Presidencial por la Excelencia de la Educación Dominicana 2004-2008; y Pacto Nacional por la Reforma Educativa, que hoy se inicia. Los planes de reforma anteriores al Plan Decenal 1993-2003 no lograron alcanzar los fines deseados. ¿Por qué? Por tratarse de iniciativas de personas particulares realizadas sin tomar en cuenta las opiniones de los autores que intervinieron en esos procesos; de ahí, los nombres con los que se señalan: reforma de Hostos, de Ortega Frier, de Pedro Henríquez Ureña, etc. El Plan Decenal de Educación (1993-2003) representó el primer esfuerzo colectivo de los dominicanos por elevar la calidad de su Sistema de Instrucción Pública con la participación de todos (plural genérico). Dicha reforma se llevó a cabo durante el gobierno del presidente Joaquín Balaguer (1990-1994); pero, contrario a como lo sugiere el editorialista del Listín Diario, la misma se llevó a cabo sin contar con la anuencia del mandatario reformista. Es que los grandes acontecimientos históricos se escriben a veces en un ala de mariposa.
El Pacto Nacional por la Reforma de la Educación, combinado con las correspondientes disposiciones de la nueva Constitución de la República y las de la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, proporciona un plan audaz y progresivo para adaptar a las universidades, y a las demás instituciones de educación superior, a los cambios bruscos y de largo alcance que están teniendo lugar en todo un mundo. Esas Casas de Altos Estudios pueden seguir realizando importantes aportaciones al avance y progreso de la sociedad, siempre que se les dote de los recursos necesarios y que sean suficientemente previsoras y flexibles como para adaptarse a los grandes cambios que constantemente se están produciendo en torno a ellas.