Pacto social

Pacto social

Algo que puede ayudar mucho a enfrentar con éxito la crisis que ha estancado la economía del país es que los distintos actores sociales comprendan y asuman la cuota de sacrificio que en justicia corresponde a cada uno.

En el aspecto fiscal, propiamente, el aumento de los ingresos del Estado puede ser logrado por varias vías. La más fácil y cómoda se basa en el aumento de impuestos existentes y la creación de nuevos, así como la ampliación de la base sometida a tributación. Y la vía más sana y justa es la eficiencia en la recaudación de los gravámenes vigentes, en la utilización de los recursos en función de las prioridades, en el fomento del ahorro y la aplicación de una política de gasto público prudente y realista.

El Congreso tiene en su poder un proyecto de Ley de Reforma Fiscal que modificará el régimen impositivo. El mayor peso de esta reforma no puede, bajo ningún pretexto, perjudicar más a los sectores más afectados por la crisis. Es más, el éxito de la reforma dependerá mucho de que la capacidad adquisitiva de amplios sectores produzca los ingresos estimados por los autores del proyecto y necesarios para mejorar la situación financiera del Estado.

-II-  

Por cierto que si se pretende que la Reforma Tributaria genere los ingresos que necesita el Gobierno, hay que ir pensando en mejorar la capacidad adquisitiva de la gente, de modo que mejore la demanda de bienes y servicios gravados y el fisco reciba mejores ingresos.

En estas circunstancias, los distintos sectores, fundamentalmente los principales actores de la clase laboral, deberán ponerse de acuerdo en aplicar una compensación justa para aliviar la erosión de la capacidad adquisitiva de la gente, para revalorizar con más justeza el deprimido salario y mejorar las deterioradas condiciones de vida de los dominicanos. Desgraciadamente, hay quienes reniegan de una mayor presión tributaria y quienes rechazan toda posibilidad de aumento general de salarios, como si las soluciones de la crisis pudiesen ser logradas con exorcismos o gestos hipnóticos al estilo de Mandrake o Merlin.

-III-  

Una realidad es que, aunque no todos somos responsables de la crisis actual, lamentablemente nos afecta a todos y, por tanto, no podemos evadir la responsabilidad de contribuir a solucionarla. Y la Justicia que haga su parte con los culpables de este descalabro.

En esa virtud, la mejor solución es la que pueda ser elaborada entre todos los actores de la economía como parte de un pacto social que tenga como premisa el interés del país, por encima de los intereses particulares o sectoriales.

No podemos, según parece, evitar una reforma fiscal, pues hay compromisos a los cuales el Gobierno no puede hacerles frente con los ingresos que tiene actualmente, aparte de que dicha reforma es obligación asumida ante organismos internacionales. Sin embargo, estamos en condiciones de pactar esa reforma y asumir los sacrificios necesarios para salir del atolladero.

Por lo pronto, el Congreso que escuche en vistas públicas los pareceres de todos los sectores en cuanto al proyecto de Ley de Reforma Fiscal. Y los actores de la clase laboral que se pongan de acuerdo para una justa y viable revalorización del salario.

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