Un retrato pintado a lápiz, una fotografía que muestra la sonrisa franca de la jovencita y decenas de reconocimientos a su alto índice académico son los únicos recuerdos que le quedan al juez Jorge Reyes de su hija modelo Georgina Yerissi, de 16 años de edad, víctima de un crimen horrendo.

Con la agonía y la incertidumbre de no dar con el paradero del principal sospechoso, el magistrado dijo ayer que espera que el culpable pague en la cárcel.

La jovencita desapareció al mediodía del domingo 25 de este mes, día en que no llegó a la casa de la amiga donde realizaría tareas. Fue encontrada asesinada el pasado miércoles. Unos parroquianos encontraron el cuerpo en Mata Naranjo, San Cristóbal.

La familia presume que un ex profesor le habría dado muerte por su negativa a tener una relación amorosa, ya que antes de abandonar confesó a la amiga que solucionaría un problema.

La atmósfera de dolor que se vivía ayer en la casa del juez presidente de la sexta sala de la Cámara Penal del Distrito Nacional se extendía a los vecinos de la calle Samaná esquina Proyecto, en el sector Mejoramiento Social. La menor era considerada un ejemplo de persona.

La sala de la casa que hasta el pasado domingo ocupó la menor de edad asesinada en circunstancias no esclarecidas, era un mar de lágrimas, ya que la pequeña fue violada, ahorcada y amordazada.

Su padre y sus amigas y compañeras de clases en el Instituto Técnico Salesiano (ITESA) afirman que las conversaciones de la víctima por Internet eran interceptadas por un pirata informático lo que atribuyen a su ex profesor de electrónica Gustavo Aurelio Vásquez Payán, de 31 años, quien por este crimen está siendo perseguido por la Policía.

La madre de la víctima, Altagracia Abreu, convaleciente de una intervención quirúrgica, esta destrozada, al igual que las dos hermanas de la jovencita, Jorgelina y Nassiel, de 14 y 11 años respectivamente.

Desconsolado por la pérdida de su hija que deseaba ser jueza igual que él, pero con la fortaleza de un padre orgulloso, Reyes afirmó que no llorará a su pequeña hasta que la sepulte, porque quiere preparar su funeral a la altura de su primogénita.

Pasada las 2:00 de la tarde de este miércoles la familia Reyes Abreu no había recibido el cuerpo de Patología Forense. En la tarde el cadáver fue traslado a la Funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln y será sepultado este jueves, luego de que reciba una serie de homenajes póstumos.

La Policía le recomendó al profesor Vásquez Payán entregarse a esa institución, además, tiene impedimento de salida del país.

Se supo que fue apresado un joven del sector El Portal que habría ayudado al profesor a hacer transferencia de dinero de su computadora a la él, para retirar efectivo de un cajero automático.

Reyes contó que supieron que el profesor estaría relacionada con la desaparición, porque el amigo, que también lo alojó en su casa en la noche del lunes, le avisó a la madre Aurelio Vásquez que su hijo tuvo un problema con la muchacha y que declaró a la Policía el hombre estaba arañado en el rostro y los brazos. Dijo que el amigo también avisó que el vehículo del sospechoso estaba en su casa.

Expresó que en el allanamiento que se le hizo a la casa de la madre del profesor, encontraron las evidencias del CPU que tiene la Policía, donde copiaba las memorias de las computadoras que intervenía, incluyendo la de Yerussi, así como fotos de ellas.

[b]RELATO DEL PADRE[/b]

El juez indicó que hasta el pasado domingo, cuando el profesor Vásquez Payán llamó a su casa en la tarde y en la noche preguntando por Yerussi, y en la última conversación dejó sus números de teléfonos para que se le localice por si algo pasaba, creían que ese señor no tenía vínculos con su hija.

Reyes, un padre que cuidaba a su hija al extremo de llevarla al cine con sus amigas, manifestó que el profesor, de quien supo que tiene dos hijos, conversó por teléfono con hija el día que desapareció, cuando dijo que iría a la casa de su compañera Aimeé Chávez, a las 12:00 del mediodía.

Declaró que como Yerussi no llegó al destino, a las 2:45 la amiga la llamó a su celular indicándole que el tiempo no les daría para realizar la tarea y que cinco minutos después, del celular de su hija Aimeé recibió un mensaje en su beepers que asegurándole «no te desesperes, yo voy». Reyes cree que desde ese momento su hija estaba retenida por la fuerza.

Contó que ese domingo regresó a su casa del play cerca del mediodía y que como se le dijo que Yerussi regresaba en 15 minutos, durmió hasta eso de las 5:00 de la tarde, para asistir al funeral.

Ante la tardanza emprendió la búsqueda de su hija por hospitales, no sin antes denunciar el caso a la Policía. Expresó que la madre de la jovencita informó lo de las llamadas insistentes del profesor a las 7:00 noche y hora y pico después, a quien localizaron por celular, empero no quiso presentarse.

«Lo llamé al profesor a su celular como tres veces. Primero me dijo que estaba en la casa y luego lo negó porque le dije que estaba al frente de su residencia. En una de las llamadas me dijo que regresaría a la casa dentro de hora y media, le dije que lo esperaría. El dijo que no lo espere porque estaba en un coro encendido y no lo iba a dejar», narró.

Sostuvo que la Policía determinó que en la noche del domingo el profesor estuvo en dos cabañas, una de la cual amaneció y el cuerpo de la joven estaba cubierto con una sábana de un motel.

Precisó que en una de las conversaciones trató de persuadirlo, le dijo que le regresara su hija en las condiciones en que estuviera y le garantizó que no se querellaría contra él. «Yo se que por investigación, el 98% del que comete un hecho se presta a cooperar y esa llamada que el hizo para cooperar aquí nadie se la pidió».

[b]EJEMPLO DE ESTUDIO[/b]

A sus 16 años de edad, Yerussi había terminado sus estudios de inglés. Cursaba el tercer año de bachillerato y acumulaba diplomas y placas por buena conducta y al mérito estudiantil de ITESA y la secretaría de Educación, debido a que mantenía su índice escolar por encima de los 90 puntos.