Devastado. Así es como se encuentra el padre de Cheily Pérez Camilo, una de las cinco víctimas mortales que dejó este martes la repentina crecida del río Fula, ubicado en Bonao, provincia Monseñor Nouel.

“Es un dolor insoportable ¿Cómo soporta un padre, cuando uno lo que espera es que sea el hijo que entierre al padre y no un padre a su hijo? 25 años de edad, una niña joven con todo un futuro por delante”, expresó Erickson Pérez.

Dijo que ahora su mayor inquietud es saber cómo explicarle a su nieto de solo cuatro años, que su madre falleció.

“Cuando me pregunte por su mamá ¿Qué le voy a decir? No sé lo que le voy a decir, tengo que prepararme y llevar a su esposo al psicólogo porque no quiere comer ni dormir”, manifestó el progenitor de la fallecida.

De su lado, Martha Deoleo, familiar de Cheily, pidió a las autoridades tomar medidas con los negocios que funcionan en el río Fula, para evitar se repita otra tragedia.

«Tienen que cerrarlos, yo lo pido porque mira como me le quitaron la vida a mi niña que estaba tan alegre», pronunció la fémina, y recordó que no es la primera vez que ese río se desborda.

Los restos de Cheily Pérez Camilo fueron sepultados ayer jueves en el cementerio Cristo Salvador, Santo Domingo Este.

Otras víctimas

Además de Cheily, por la crecida del afluente perdió la vida Jade Contra Vásquez, de 13 años; Yimery Yanquis Vásquez, de 29 años; Adonis Custodio, de 25 años, y Isauly Martínez.

El hecho fue reportado a la Defensa Civil alrededor de las 8:00 de la noche del martes y de inmediato iniciaron una labor de búsqueda y rescate. 

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