POR MAURO CASTILLO
Se puede asegurar que en casi todas las culturas que se han desarrollado en los distintos continentes y archipiélagos y que pueblan nuestro globo terráqueo, el padre tiene bajo su responsabilidad el ineludible deber de manera prioritaria, de ir cimentando y desarrollando en el proceso educativo de cada uno de sus hijos, el sentimiento que será determinante para todo el resto de su vida y se trata del sentimiento de la confianza en sí mismo, es decir, sentirse seguro de sí mismo, condición considerada como la llave del éxito de todos los proyectos que a cada ser humano le toque emprender en la competitiva sociedad de estos tiempos modernos.

Cada vez más nos corresponde reconocer cuanto significa la presencia de un padre responsable en la estructuración de una familia para que todos los hijos quieran ser y se vean como verdaderos triunfadores en la medida en que florecen las cosechas de sus grandes éxitos, avalados por todo su entorno social, el cual reaccionará manifestando una continua admiración, que se deja entrever con las masivas demandas de sus servicios técnicos o profesionales.

Debemos reconocer lo arduo que resulta para cada padre construir con solidez la personalidad de todo hijo, que comienza desde el instante en que se lanza a dar los primeros pasos lleno de temores frente a las inminentes caídas, pero ahí estará el firme estímulo de ese padre que le invita a seguir hacia delante y le extenderá esas manos poderosas donde se apoyará y se tornarán siempre en el símbolo de la fe que esa criatura construirá para siempre frente a ese ser visto como omnipotente y a quien de seguro no olvidará jamás.

De ahí la trascendente responsabilidad que reposa sobre los hombros de todos los padres, al ser el más comprometido en convertir a cada hijo en un brillante triunfador con temple de un hombre viril o una mujer de carácter.

Todos los que nos consideramos ampliamente exitosos estamos muy conscientes de cuanto significó el ejemplo y el apoyo poderoso de nuestros padres o sino de aquel que fungió como si hubiese sido nuestro padre, ya que existen millones de casos de padres que no procrearon a estas personas triunfadoras, pero les dieron el total apoyo emocional y económico que fueron determinantes para sus relaciones brillantes en todo el marco social.

Hemos podido constatar desde nuestra consulta donde los problemas tratados en segundo lugar en el pasado año 2003 han sido los estados depresivos, que embarga a sujetos infantiles y que han tenido a padres ausentes o muy ocupados y frágiles, donde las madres se han visto obligadas a desplazarles ante su condición de padres irresponsables.

Debemos tratar de detener la secuencia donde padres irresponsables, generan casi siempre hijos irresponsables e inseguros con una pobre confianza en ellos mismos.

Creemos que en este mes de julio en que el último domingo se celebrará el Día de los padres es una gran ocasión para felicitar a todos los padres buenos y responsables, quienes son la mayoría en nuestro país y a su vez exhortar a los futuros padres para que traten por todos los medios de ser ejemplares y responsables.