El Padre Fisner Vaillant, director de Caritas de San Pedro de Macorís, calificó como lamentable la deportación de mujeres haitianas embarazadas, capturadas en hospitales y aconsejó que el personal de Migración sea instruido en ofrecer un trato humano a esas personas.
Reconoce que la Dirección General de Migración tiene todo el pleno derecho de hacer su trabajo según manda la ley y a tomar decisiones que considera favorables a sus estrategias de acción. No obstante, pide que lo hagan con respeto a la dignidad de la persona.
Apuntó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que toda mujer embarazada tiene derecho a recibir el más alto nivel de cuidados, que incluye el derecho a una atención digna y respetuosa en el embarazo y en el parto, y el derecho a no sufrir violencia ni discriminación.
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“Entrar en un hospital, un sitio que debe de brindar seguridad a sus pacientes, para “capturar” a mujeres extranjeras embarazadas ilegales es violar el derecho de mujeres embarazadas, ignorar la declaración de los derechos humanos y violar la misma ley de salud dominicana> expresó Vaillant.
Recordó que Dios es misericordioso e invita a serlo, es decir, a sentir compasión, a encontrarnos, a comprometernos con el que sufre y tenderle la mano. Apuntó que la migración es un fenómeno natural del ser humano y que, con el paso del tiempo, la movilidad humana se ha convertido, para miles de personas en una necesidad ineludible, por conflictos internos, persecución, pobreza extrema, desempleo y otras razones.
Vaillant destacó la empatía y compasión de los residentes de las comunidades, de los barrios y lugares pobres hacia los extranjeros, lo que demuestran buena convivencia y un amor de hermanos por la ayuda que brindan a los extranjeros. “Estos gestos son actos que demuestran una solidaridad frente a la criminalización de los migrantes por parte de los agentes migratorios.”
Indicó que son varias las situaciones de vulnerabilidad a la que se enfrenta la población migrante, especialmente la población haitiana como condición migratoria irregular, falta de acceso a oportunidades de trabajo, de garantías para acceso equitativo a salud y educación, dificultades en el acceso a una vivienda digna, riesgos de protección para niños, niñas, adolescentes y mujeres; además de manifestaciones de xenofobia y discriminación, entre otros.
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Por tal razón, dijo, desde la Cáritas diocesana de San Pedro de Macorís que busca brindar respuesta a esta situación, les ofrecen acompañamiento desde distintas líneas como la entrega de alimentos, ayudas humanitarias para esas mujeres que están en la frontera, que no tienen acompañamiento médico y están en la etapa final del embarazo.