En su cátedra “Construyamos juntos la Universidad que queremos”, el padre Manuel Maza Miquel planteó ayer que las universidades deben ocuparse de interrogar, investigar, examinar y discutir sobre todo aquello que afecta la vida humana.

Consideró que toda universidad católica está comprometida en la formación de profesionales que comprendan los valores éticos y la dimensión de servicio a las personas y a la sociedad. “El liderazgo necesario para transformar la sociedad se ve fortalecido con la dimensión ética. “Mucha de nuestra formación ocurre bajo la tiranía de las técnicas, de los cómos, pero cuando los cómos carecen de porqués acaban comiéndose a los pueblos”.

En su conferencia en el recinto Santo Tomás de Aquino de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm), el sacerdote citó que otro aporte de esa academia es formar profesionales que se involucren e incidan en la vida pública. “Ha de ser una forja de mujeres y hombres que sean capaces de empuñar una lanza por la construcción de una sociedad más justa y humana. Que esta universidad no forme fabricantes de clientes, sino ciudadanos capaces de caminar codo a codo junto a otros ciudadanos”.