El sacerdote Rogelio Cruz respaldó ayer que las familias de los ocho menores que sufrieron abuso sexual por parte del cura polaco Wojciech Gil (Alberto), condenado a siete años de prisión en 2015, procuren -ahora- una indemnización de RD$100 millones y afirma que la Iglesia Católica tiene dinero para reparar estos daños.
Empero, advierte que la demanda por los abusos cometidos en la comunidad de Juncalito, Santiago, no prosperará en la jurisdicción del procurador General Jean Alain Rodríguez, por la complicidad con la iglesia.
Lo que las familias empiezan a reclamar en República Dominicana es justamente la segunda condena que tiene el sacerdote, como se lee a continuación: “Un tribunal de Wolomin (Varsovia) condenó, en marzo del 2015 al exsacerdote, al que se le acusó de poseer en su computadora más de 87 mil fotos y vídeos vinculados a pornografía.
Por lo que la otra condena fue ordenarle pagar una una indemnización de 155.000 zloty (equivalentes 40.000 euros)”.
El sacerdote Luis Rosario, prefirió no opinar sobre el tema que decidan las autoridades. Otro sacerdote pidió no ser citado en este escrito.
El pasado martes, las familias de los menores de Juncalito acudieron a la Procuraduría General de la República -en Santo Domingo- con el respaldo del Observatorio de Derechos Humanos para Grupos Vulnerabilizados (ODHGV), entidad que los asistirá, para presentar la demanda penal, en procura de la compensación.
El coordinador del Observatorio, abogado Juan Alberto Francisco, informó de la asistencia a las familias afectadas.
Puntualizaciones de Cruz. El padre Rogelio dijo que en cualquier lugar deberían proceder a indemnizar a los jóvenes que el exsacerdote Gil afectó, porque fueron víctimas.
Esto opinó del excura: “Yo creo que es un enfermo, era una persona llamada a hacerle el bien a esas personas”.
Declaró que la indemnización también sentaría un precedente en República Dominicana, con los casos que involucren a la iglesia.
Expresó que la Iglesia Católica tiene dinero, porque vendió los terrenos del Seminario en las avenidas Rómulo Betancourt y Núñez de Cáceres en más de 11 millones de dólares.
Opinión de crimen Fernely Carrión Saviñón. El padre Rogelio tiene sus conclusiones sobre esta muerte atribuida al sacerdote Elvin Tavera Durán, en agosto pasado y ocurrida en Santo Domingo Este.
Afirma que “hay grandes metidos en este crimen. Ese padre no actúo solo. No, no… Ese era un intermediario de un grande”.
Dijo no saber si en el crimen del joven, de 16 años, residente en Santo Domingo Norte, actuó un grande de adentro o afuera de la iglesia.
“Algún día yo podré hablar con él”, dijo, refiriéndose a Taveras Durán. Asume que el sacerdote no hizo solo todo lo que se le imputa en el tiempo establecido.