El padre Manuel Ruiz confirmó que su renuncia como enlace entre la Iglesia Católica y el Poder Ejecutivo fue hecha a título personal y expresó las razones que lo llevaron a esa decisión.
“En mi caso particular, se me hace imposible hacer silencio, tener un bajo perfil, no pronunciar mi desacuerdo con las observaciones del Ejecutivo al Código Penal, si estoy convencido que niega derechos fundamentales. No me parecía correcto seguir dirigiendo una oficina en la Casa de Gobierno y a la vez estar en la calle y en los medios de comunicación pronunciándome en contra de una decisión del señor Presidente”, explica el padre Ruiz.
Considera que para muchos sería mejor ser diplomático y seguir disfrutando de los privilegios del cargo como “yipeta nueva, chofer, combustible, sueldo, seguro, firmar cheques para proyectos aprobados por el Ejecutivo, parqueo, amplia oficina, personal bajo mi responsabilidad y acceso privilegiado al señor presidente de la República.
“Pero ¿cómo puedo estar callado gozando de esos privilegios mientras se promueve una ley que propicia condenar a muerte a un inocente indefenso por la culpa de otro”, se preguntó.
Dijo que seguirá adelante con la lucha por la vida, criando niños huérfanos, abriendo más hogares para discapacitados y centros para acoger niñas embarazadas por violaciones.