Padre Ruquoy termina labor pastoral en país

Padre Ruquoy termina labor pastoral en país

POR DIÓGENES TEJADA Y PEDRO J. SÁNCHEZ
El sacerdote belga Pedro Ruquoy, quien en las últimas semanas había sido centro de varios conflictos por su postura en torno al problema migratorio haitiano, abandonó ayer tarde el país con destino a Madrid, España, atendiendo una sugerencia que en ese sentido le formularan sus superiores jerárquicos.

El sacerdote católico salió justamente a las 5:00 de la tarde en el vuelo 6500 de Iberia, que lo condujo directamente hacia Madrid, España.

Antes de abandonar el país, Ruquoy dijo que «llevaba la República Dominicana y su gente colgada del alma».

«Realmente no puedo olvidar un pueblo al cual estuve integrado durante 30 años en labor pastoral», dijo Ruquoy.

Señaló que abandonaba la República Dominicana por su propia voluntad y atendiendo una «sugerencia» que le habían formulado sus superiores de la Iglesia Católica, pero que nunca estuvo ni fue presionado por el gobierno para que saliera del país.

Dijo que, por el contrario, se sentía muy bien con el trato que le habían dispensado desde el gobierno y muy especialmente el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, quien en todo momento le ofreció su protección y cooperación. «Realmente el procurador es una persona gentil y afable».

Sin embargo, el padre Ruquoy se quejó del trato que le dispensó el secretario de Interior y Policía, doctor Franklin Almeyda Rancier, de quien dijo que lo trató como a un perro realengo y hasta lo desconsideró al presentarlo al público en su despacho en chancletas.

Pese a todo, Ruquoy dijo que se iba tranquilo, con la República Dominicana «colgada de su alma» y con la esperanza de retornar al país, no ya en labor pastoral sino a visitar a sus innumerables amigos que dejó en estas tierras a la cual sirvió durante mas de 30 años.

Las declaraciones del padre Ruquoy se produjeron ayer tarde en el aeropuerto Las Américas, minutos antes de abordar el vuelo 6500 de la aerolínea española Iberia que lo condujo a Madrid, España.

Se recuerda que el sacerdote belga en los últimos meses se había constituido en el centro de atención por su postura en torno al problema migratorio haitiano.

Pero la polémica con el padre Ruquoy se encendió mas en el ámbito político del  país, cuando la opinión pública fue enterada de que había declarado como hijos adoptivos a dos menores haitianos, uno de ellos identificado con el nombre de Luckner, quien había nacido el dos de junio de 1993, quien reside junto a su madre la señora Mercedes Félix, en el batey Santa María, de Tamayo, en la provincia Bahoruco.

Asimismo el sacerdote Ruquoy había enviado dos misivas, una carta abierta el 4 de este mes, dirigida al secretario de Interior y Policía, Franklin Almeyda Rancier, y otra el 7 de este mes también, dirigida a las autoridades judiciales y policiales rechazando la protección que se le había ofrecido.

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