Padres adolescentes, socialmente invisibles

Padres adolescentes, socialmente invisibles

En la sociedad dominicana la responsabilidad del embarazo en la adolescencia se le atribuye únicamente a la niña o adolescente que carga con lo más visible, la barriga.

Sin embargo, un embarazo es el producto de la unión de dos personas de sexo opuesto ambos adolescentes o un adulto con una adolescente.

El joven adolescente que embaraza a la joven no recibe ninguna presión social (como le ocurre a ella) para que asuma su responsabilidad; es dejada a su voluntad.

Esta ausencia de responsabilidad paterna es fruto de una sociedad patriarcal que carga toda la responsabilidad de los/as hijos/as a sus madres y las culpabilidades sobre los diferentes problemas que estos puedan tener (delincuencia, deficiencias educativas, violencia, etc.).

En el estudio que hicimos de paternidad y maternidad adolescente para Conapofa se hace visible la realidad del padre adolescente. Él no sufre las consecuencias educativas y sociales que sufre la madre, no lo expulsan de los centros educativos ni de sus hogares (como ocurre con muchas adolescentes) por el contrario puede o no seguir estudiando.

Al asumir la paternidad el joven adolescente tiende (en los sectores pobres) a salir de los centros educativos porque tiene que dedicarse a trabajar a tiempo completo sea como: chiripero, motoconchista, delivery en colmado, sector construcción, entre otros. En los sectores medios el padre adolescente tiende a mantenerse estudiando y recibe el apoyo económico de su familia.

Cuando el joven se convierte en padre adolescente enfrenta las dificultades ya mencionadas de deserción escolar y de búsqueda de fuentes de ingresos dentro del sector informal. Sus limitaciones educativas le impiden ascender socialmente. Reproduce el círculo de pobreza y en muchos casos de violencia al que está sometido, ejerciendo violencia contra su pareja que es una madre adolescente.

En nuestra sociedad debe abordarse el embarazo en la adolescencia como un fenómeno de pareja hombre-mujer no solo de la mujer. Los jóvenes adolescentes deben ser educados para prevenir un embarazo en el que ellos tienen una participación activa y concientizarse de las consecuencias y responsabilidades que acarrea.

Debe producirse una ruptura con la desigualdad en la visión de la sexualidad como solo permitida para los hombres, los que no asumen ninguna responsabilidad en la misma. Este exceso de permisividad masculina influye en el incremento de enfermedades de transmisión sexual y VIH-SIDA, además de los embarazos en la adolescencia.

La educación sexual debe ser una prioridad en los centros educativos para el sexo femenino y masculino y debe entenderse que el problema no es solo de maternidad adolescente sino también de paternidad adolescente.

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