Padres cristianos Pakistán venden sus hijas a chinos

Padres cristianos Pakistán venden sus hijas a chinos

In this April 14, 2019 photo, Mahek Liaqat weeps while she recounts her ordeal in an arranged marriage to a Chinese national, in Gujranwala, Pakistan. Poor Pakistani Christian girls are being lured into marriages with Chinese men, whom they are told are Christian and wealthy only to end up trapped in China, married to men who are neither Christian nor well-to-do, and some are unable to return home. (AP Photo/K.M. Chaudary)

Cientos de muchachas de la pequeña y empobrecida comunidad cristiana de Pakistán han sido vendidas por sus padres para que se casen con chinos en los últimos meses, según activistas y las autoridades.
Intermediarios ofrecen a personas muy pobres miles de dólares para permitir que sus hijas se casen con chinos e incluso merodean por las afueras de las iglesias en busca de potenciales novias. Cuentan con la ayuda de curas cristianos a los que les pagan para que prediquen ante sus fieles los beneficios económicos que pueden obtener si casan a sus hijas con chinos.
Una vez en China, las muchachas (la mayoría de las cuales son obligadas a casarse en contra de su voluntad) se encuentran aisladas en regiones rurales, vulnerables a abusos, sin poder comunicarse y dependientes de una aplicación de traducciones para pedir hasta un vaso de agua.
A los maridos se los presenta como chinos ricos que se convirtieron al cristianismo, pero resultan no ser ni ricos ni cristianos, según relatos de las novias, sus padres, un activista, curas y funcionarios que hablaron con AP. “Esto es tráfico humano», afirmó Ijaz Alam Agustine, ministro de derechos humanos y de minorías de la provincia paquistana de Punjab, en una entrevista con la AP. “La codicia es la responsable de estos matrimonios. He conocido a algunas de estas muchachas y son muy pobres». La AP entrevistó a una docena de mujeres paquistaníes cristianas que se escaparon antes de casarse. Todas decían que los matrimonios habían sido arreglados por intermediarios con la colaboración de curas. “Es un fraude, algo ilegal. Hacen promesas que son todas falsas», dijo Muqadas Ashraf, quien tenía 16 años cuando sus padres la mandaron a China para que se casase. Menos de cinco meses después, regresó a Pakistán, embarazada, y pidió un divorcio.
En China hay una gran demanda de novias extranjeras, legado de la política de un hijo por matrimonio que generó un desequilibrio e hizo que hoy haya más hombres que mujeres.

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