Los padres de una infanta que murió en diciembre pasado en un campo de Yamasá rechazaron ayer que la niña fuera violada.
Barbino Severino, de 40 años, y Daysi Lorenzo Magallanes, de 28, negaron que la menor de dos meses falleciera luego de su supuesta violación en su residencia de Los Botados, de Yamasá, provincia de Monte Plata. Explicaron que desde que nació era enfermiza y tenía deformaciones.
Mientras el fiscalizador de Yamasá, Gertrudis de la Cruz, dijo que según el diagnóstico médico, la menor presentaba laceraciones en el introito del ano y aplastamiento de los pliegues anales, pero se está a la espera de los resultados de la autopsia practicada por el Instituto Nacional de Patología Forense.
Sin embargo, De la Cruz dijo que se tiene sospecha de que la niña fue violada. Todo lo que hay es sospecha; no podemos decir nada definitivo, aclaró.
Por el hecho no hay detenidos, pero los padres de la menor fueron interrogados por la Policía.
La pareja de evangélicos tiene tres niñas de cinco, tres y dos años. Viven en una humilde vivienda.
La niña no pudo ser violada, porque siempre estaba conmigo. Estaba enferma, tenía problemas para respirar, diarrea y otras complicaciones, dijo la madre.
Narró que la niña había quedado como muerta en otras ocasiones.
El 30 de diciembre fue trasladada muy enferma al hospital de Yamasá, donde vomitó y luego falleció, pero el parte policial dice que llegó muerta hasta el centro médico.