Los padres de  tres jóvenes que habrían sido asesinados por el presunto delincuente Pavel Ricardo Castellanos Batista (Ñoño)   “celebraron” ayer su muerte.  

Castellanos Batista, que cometió presuntamente  17 muertes, cayó abatido por   miembros de la Dirección Central de Investigaciones Criminales de la Policía,  en un supuesto enfrentamiento en la Autopista  San Isidro, Santo Domingo Este.

 Dos madres y un padre de presuntas víctimas de Ñoño consideraron, sin embargo,  que lo mejor hubiera sido que  fuera apresado y sometido a la justicia para que pagara en la cárcel por sus crímenes.

Fueron  contactados en Invivienda, Santo Domingo Este,  y en el Instituto de Patología Forense, pero ninguno quiso identificarse, por temor a represalias, ya que,   según  ha dicho la Policía, Castellanos Batista formaba parte de una banda.

Entre los 17 muertos que la Policía  atribuye a su víctima figuran  dos sargentos  y un raso de esa entidad.

 A la víctima le fue ocupada, según el organismo, una  pistola marca Taurus, con numeración limada, una caja de municiones, con dos cargadores para pistola, uno de 30 tiros, otro de 17 y una llave T, que alegadamente utilizaba para robar vehículos.

La versión policial.  La Policía explicó que el enfrentamiento  se registró a las 7:40 de la mañana de ayer, cuando Castellanos Batista (Ñoño), contra quien existían  órdenes de arresto, atacó con la pistola a los agentes que trataron de arrestarlo.

Dijo que en esas circunstancias, los agentes del orden repelieron la agresión y lograron herir a Ñoño, quien murió mientras era trasladado al hospital  Darío Contreras.

Entre las víctimas de Castellanos Batista figuran, según la Policía, los  sargentos  Pedro Suero, muerto en fecha 28 de mayo de 2009 en el kilómetro 48 de la Autopista Duarte, próximo a Villa Altagracia,  y   Fermín Santos Acosta, muerto el  13 de septiembre del año pasado en Pontón,  tramo de la autopista Duarte La Vega-Bonao.