Padres fundaron y sostienen escuela

Padres fundaron y sostienen escuela

POR MARIEN ARISTY CAPITAN
Desde que fue fundada por la comunidad, hace dos años, la Escuela Básica 24 de Abril, ubicada en Brisas del Este, no ha recibido absolutamente nada: ni una butaca, ni una pizarra, ni el desayuno escolar ni materiales de limpieza… todo lo han tenido que conseguir los padres.

La gran conquista de esta escuela es que hace seis meses las autoridades educativas nombraron a nueve de los quince maestros que, tras un año y medio sin cobrar, trabajan en el plantel. También les nombraron a los dos porteros. Los que aún continúan esperando su nombramiento son seis maestros, dos secretarias (una matutina y una vespertina) y el personal de limpieza, quienes siguen laborando a pesar de que no están devengando ningún salario.

Aunque con sólo escuchar lo que hacen cualquiera loa su devoción, es cuando se visita esta escuela que se descubre hasta qué punto llega el sacrificio de quienes se pasan el día entero en estas instalaciones: estrechas y calurosas, son inapropiadas para impartir docencia. Pero, ¿qué se puede pedir de una casa abandonada que se convirtió en escuela por el  empeño y la buena voluntad de los padres y los vecinos de este centro educativo?

Con paredes levantadas y empañetadas por ellos mismos; con un techo y un piso que pusieron sus propias manos; con una docena de butacas que fueron desechos de otras escuelas y ellos repararon; con sillas que deben llevar los niños a la espalda cada día… con un mundo hecho sobre la base de las limitaciones de quien nada tiene, este termina convirtiéndose en un centro educativo de lujo. 

NECESITAN MAS ESPACIO
Cuando se deja la avenida Charles de Gaulle y se gira por la calle Décima para ir hasta la escuela, una hilera de casas y vehículos que intentan hacer galas de ostentación sirve de antesala a una calle sin asfaltar que se llena de barro en cuanto llueve. Al final de esta rústica vía, está la Escuela 24 de Abril.

Al ver el centro, se toma una lección rápido de lo que es lo contraste: mientras a unos pasos se veía cierto dejo de opulencia, la escuela muestra a lo lejos lo humilde que es.

Esto no sería un problema si tuvieran al menos butacas y un poco más de espacio. Su estrechez llega a un punto tal que tendrán que desalojar la dirección para alojar a un primer grado.

En caso de no hacerlo, la profesora que está a cargo del primero enloquecerá: tiene una matrícula de 113 estudiantes, por lo que es necesario dividir el curso en dos.

Pero para que esto pueda hacerse están terminando de juntar los materiales que se necesitan para levantar un anexo en el que podrán la dirección. Mientras eso sucede, apuestan a que no aparezcan todos los niños el mismo: ayer, por fortuna, sólo había 61 niños que fueron colocados en una sola aula. Con seis aulas y una población estudiantil de 315 estudiantes, la tanda vespertina la escuela acoge a los niños de kinder, pre-primario, primero, segundo y tercero de básica. Los demás estudiantes de la escuela, de cuarto a octavo grado, asisten en horas de la tarde. 

LA HISTORIA DEL PLANTEL
Cuando se creó la Escuela 24 de Abril los profesores comenzaron a trabajar tenían por «plantel» un techo de lona para protegerse del sol. En cuanto comenzaba a llover, sin embargo, debían despachar a los niños que empezar a llorar porque se le llenaban los zapatos de lodo y se les mojaban las mascotas.

Un tiempo después, aunque los maestros no precisaron cuánto, lograron que les cedieran una casa a medio construir. Fue entonces cuando los padres y los vecinos decidieron unirse para colocar un zinc, empañetar y levantar las paredes que faltaban.

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