Los padres de Martina Natacha Féliz de la Cruz, la empleada del Palacio Nacional que murió de un disparo en la cabeza durante un enfrentamiento entre dos bandas en Herrera, reclamaron la variación de las medidas de coerción impuesta a los asesinos de su hija porque temen que puedan ser liberados pronto.
Felicia de la Cruz y Leonidas Ureña dijeron que cuatro personas están presas, incluido un menor, que alegadamente participaron el día 20 en el enfrentamiento a tiros de dos bandas que se disputan puntos de drogas.
La joven iba a visitar al padre de una amiga que estaba enfermo cuando ambas quedaron atrapadas en medio de la balacera. Natacha recibió un disparo en la cabeza y murió cuando era trasladada al hospital Marcelino Velez Santana. Su amiga salió ilesa.
De la Cruz dijo que el tribunal que conoció el caso solo dictó tres meses de prisión preventiva, por lo que teme que sean liberados los asesinos de su hija para volver a cometer hechos similares.
Nosotros tememos que salgan en libertad, ya no por mi hija, sino por los otros porque este país se lo están dejando a los delincuentes, dijo la madre en medio de sollozos.
Leonidas Ureña, padre de la joven de 23 años asesinada y abogado del caso dijo que el menor fue puesto en libertad, pero que elevaron un recurso y volvieron a encerrarlo, esta vez en la cárcel para menores de Najayo, mientras que los tres restantes guardan prisión en la cárcel de La Victoria.
Exhortaron a las autoridades judiciales a tomar en cuenta el dolor que padecen por haber perdido a una hija joven y preparada para servir al país.
Ambos padres participaron en una misa en la Iglesia San Juan Bosco convocada por compañeros de labores de la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo al cumplirse los primeros diez días de la muerte de su compañera.
La muchacha estudiaba ingeniería.