Francisco Pagán, exdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) y uno de los imputados del caso que destapó la operación Antipulpo, fue trasladado en condición estable a una clínica del Distrito Nacional tras ser diagnosticado con un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico del que habría presentado síntomas mientras guardaba prisión preventiva.

Al llegar a la clínica Corazones Unidos en una ambulancia, Pagán fue escoltado por media docena de agentes de la Unidad de Traslado de Alto Riesgo (UTAR). La paramédico que supervisó su estado durante el traslado informó que este estuvo estable durante todo el trayecto y no presentó complicaciones.

El exfuncionario, de 73 años de edad, presentó el jueves pasado debilidad muscular y movimientos involuntarios en la comisura labial y párpado, razón por la que fue trasladado de emergencia desde el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres (CCR-XVII) al hospital Juan Pablo Pina, en San Cristóbal, donde fue ingresado con el diagnóstico de “ACV isquémico”.
Desde que este caso llegó a la justicia con la audiencia de medidas de coerción, Carlos Salcedo, abogado del exdirector de la Oisoe, asegura que su defendido es diabético e hipertenso, y padece de problemas cardiovasculares e insuficiencia respiratoria.

Salcedo explicó que desde el pasado miércoles su defendido tenía calambres en los brazos y piernas y que el jueves presentó movimientos involuntarios en los párpados y labios.

“Al hacerle las analíticas en el hospital Juan Pablo Pina, los médicos observaron una sombra en su cerebro, lo que se cree que es un accidente cerebrovascular leve, pero ahora él está estable”, indicó el togado ayer al mediodía.

El encartado de este caso de corrupción administrativa sufrió estos quebrantos de salud justo el mismo día en que la Corte de Apelación del DN le ratificó a él y a otros cinco imputados la prisión preventiva que les había impuesto la Oficina de Atención Permanente de esa jurisdicción el 8 de diciembre pasado.