Insisten en denunciar que agentes de la Policía son cómplices del tráfico de drogas; y el senador de San Cristóbal (PLD) corroboró ayer las denuncias en ese sentido de su colega de Baní Wilton Guerrero (PLD).

Los servicios sexuales prestados por algunas adolescentes en los barrios pobres que bordean el río Nigua, en San Cristóbal, son pagados con drogas.

 Por lo regular, los clientes de prostitución que  usan porciones de estupefacientes con fines de pago son los detallistas que trafican por esos lugares

Un dirigente comunitario dijo que el problema es más grave aún, pues de noche los traficantes colocan en un barrio por lo menos dos carpas para la venta pública de estupefacientes. Mencionó los sectores denominados Las Flores, Jeringa y Barrio Nuevo. 

Ayer, el senador Tommy Galán  del PLD por San Cristóbal, respaldó las denuncias de su colega Wilton Guerrrero sobre complicidades de policías allí.

Las Flores, San Cristóbal. El auge del microtráfico en los barrios que convergen en el cinturón de pobreza que bordea el río Nigua ha dado lugar a una nueva modalidad de prostitución  entre las adolescentes: sexo a cambio de drogas.

Según se denunció, las muchachas en edades que oscilan entre los 12 y 19 años ofertan sus ‘servicios’  a  quienes se encargan de vender porciones de drogas en los barrios Las Flores, Jeringa y Barrio Nuevo.

Consultado al respecto, el dirigente comunitario Manuel Nina confirmó la versión y dijo que ha recibido denuncias aún más graves y de personas afectadas por la situación.

“La misma miseria de la que son presa  los pobres de esos barrios los lleva a caer en las redes de ese mundo oscuro que los arropa”, expresó.

Droga en casetas

Nina dijo que ha recibido denuncias de que en un centro de diversión  ubicado en Las Flores,  en horas de la noche son  instaladas dos casetas a las que los jóvenes van y forman filas parar comprar la droga.

“Una muchacha se pone  con un sombrero grande desde el que  va sacando las porciones. Eso ocurre,  por lo general, en horas de la noche”, relató. Explicó que es, precisamente en Las Flores, donde los distribuidores se abastecen para llevar la droga a diferentes barrios de esta provincia “en franca complicidad con agentes de la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD)”, expresó.

Asimismo, precisó  que otro centro de venta de narcóticos está instalado donde antes  funcionó una cancha de baloncesto. En esa zona ofrecen el producto alrededor de 20 personas.

 El dirigente comunitario manifestó que en horas de la noche lo que se ve  como un solar vacío sirve de albergue a los que han hecho del microtráfico su modo de sustento.

Las cuotas

De acuerdo con Nina,  agentes policiales cobran semanalmente entre RD$25,000  y RD$50,000  en cada uno de los puntos de droga de la provincia.

Y aseguró que debido a esa situación es que esos puntos operan abiertamente en los barrios donde funcionan, lo que  mantiene a los moradores sumidos en el miedo.

Datos estimados 

Las organizaciones comunitarias estiman que de cada 10 jóvenes de  los barrios marginados, al menos seis consumen drogas.

De igual forma  calculan que esa situación está calando en un grado similar en los hogares de clase media. Sobre las edades en las que se sitúan los consumidores precisaron  que rondan  los 11 a 19 años.  

Zoom

No hay política preventiva

El dirigente comunitario Manuel Nina (Pachulí) dijo que lo peor de la situación por la que atraviesa esta provincia es que no existe una  política estructurada para contrarrestar el auge de las drogas. Criticó que los jóvenes de San Cristóbal carezcan de actividades deportivas y recreativas que les ocupen el tiempo, así como la falta de apoyo de las autoridades.