Pago por Servicios Ambientales

<p>Pago por Servicios Ambientales</p>

PAÍNO ABREU COLLADO
Asistí con entusiasmo el martes 16 del presente mes al Centro León de Santiago, para escuchar la presentación del plan para establecer el Pago por Servicios Ambientales (PSA) en la cuenca del río Yaque del Norte.

En su formación, de acuerdo con los presentadores, participaron los principales actores claves: usuarios, beneficiarios y productores del servicio ambiental hídrico, incluidas las instituciones gubernamentales relacionadas con la gestión, administración y regulación del recurso agua, agencias de cooperación, ONG, gobiernos locales y organizaciones comunitarias de la zona, coordinando todo el proceso del Centro para el Desarrollo Agrícola y Forestal (CEDAF).

Para quienes conocemos la realidad del sector forestal dominicano y venimos rumiando desde hace mucho porque en nuestro país no ha sido posible establecer una política forestal coherente y duradera -como la hay por ejemplo en Chile y Costa Rica, donde se han diseñado y ejecutado verdaderas políticas para el desarrollo sostenible de la industria forestal -la presentación hecha por técnicos del CEDAF, de la Secretaría de Medio Ambiente y del Plan Sierra, fue verdaderamente gratificante.

Como plan piloto se ha escogido la cuenca del río Yaque del Norte donde hay 10 presas que producen energía, riego y agua potable, así como 49 acueductos que suministran agua a 1,371,875 personas. El objetivo del Pago por Servicios Ambientales es contribuir a la conservación de los cuerpos de agua de esta cuenca, la más importante del país. En 296 kms de largo y 6,891 km2, decenas de tributarios entran directamente al río Yaque del Norte o a través del Jimenoa a Jarabacoa, del Bao en Jánico, y del Amina, Mao, Guayubín y Maguaca en la Línea Noroeste, con una media de 80 M3/S.

¿Qué son los Servicios Ambientales? En el caso específico de una cuenca, son los beneficios que genera el bosque como productor de agua y retenedor de la misma en el subsuelo. La Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales en su Capítulo IX, dedicado al tema de Incentivos, reconoce “los servicios ambientales que prestan los distintos recursos naturales”. Específicamente en su Art.64, la Ley 64-00 deja claro que “la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales creará los mecanismos necesarios y emitirá las normas para el reconocimiento de los servicios ambientales”. Creo, sin lugar a dudas, que con el surgimiento del proyecto de pago por servicios ambientales en la cuenca del Yaque del Norte, se abre un importante espacio de discusión para el desarrollo de las esperadas políticas forestales de la República Dominicana.

Esta excelente iniciativa debe ser respaldada por el Gobierno, tomando en cuenta, para que no se repitan aquí, los errores que obligaron a cambiar la Ley y las reglas varias veces en la implementación de esta misma política en Costa Rica, donde ya tienen muchos años de experiencia. Un problema que habrá que enfrentar desde el principio es el de los oportunistas y vividores de siempre, que querrán aprovecharse con falsos proyectos del pago por servicios ambientales. Eso hay que resolverlo con normas adecuadas, un reglamento bien ponderado y un Consejo de Dirección verdaderamente representativo.

Se sabe que dos terceras partes del territorio de la República Dominicana tiene vocación forestal y que mucho de vasto territorio, especialmente el ubicado en las zonas de bosques nublados y en las cuencas altas productoras y colectoras de agua, el suelo debe estar cubierto de bosques de protección permanentes. Se sabe también, que el resto del territorio de vocación forestal, es decir, las cuencas medias y bajas, deben ser dedicadas mayormente al desarrollo de la industria forestal nacional, ampliamente factible por su capacidad para producir riqueza, generar empleo rural y ahorrar divisas por sustitución de importaciones.

Pero la realidad es la siguiente: Si usted es propietario de una finca en la cuenca alta y en vez de producir habichuelas (cultivo de ciclo corto muy dañino en terrenos de pendientes porque favorece la erosión) o dedicarla a ganadería, la siembra de árboles, podría ocurrir que 15 ó 20 años después, ya adulta su plantación -suponiendo que ha tenido suerte de que un ciclón no la haya derribado o un incendio no lo haya convertido en cenizas- corre el riesgo de que no la pueda aprovechar, porque al ser zona prioritariamente de protección la corta de árboles está restringida. Sin embargo, por las funciones ambientales que ejerce, su bosque ha estado generando riqueza. Por un lado como productor de agua (la lluvia que cae y ayuda a retener entre sus raíces y el suelo, para que brote luego en manantiales); por otro lado, como secuestrador de carbono (limpiando el aire de gases que dañan la capa de ozono y producen el efecto invernadero); y por si fuera poco, creando dentro de sí microclimas que favorecen el desarrollo de biodiversidad, entre otros productos y subproductos del bosque que por falta de espacio no expondremos ahora.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas