País bajo tierra
El 1er. congreso espeleológico en Centroamérica

País bajo tierra <BR><STRONG>El 1er. congreso espeleológico en Centroamérica</STRONG>

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO 
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Con la participación de Honduras (país anfitrión), Costa Rica, Guatemala, Puerto Rico, República Dominicana, Italia, Estados Unidos e Inglaterra, se realizó en Catacamas el Primer Congreso Espeleológico Centroamericano y del Caribe, donde se expuso el amplio potencial en cuevas que poseen estas regiones de América, además de iniciar la consolidación regional de la investigación sobre cavernas y el karst mediante la estructuración del Instituto Centroamericano del Karst y la Espeleología –ICEKE–.

La actividad espeleológica, celebrada del 11 al 13 de marzo de 2006, tuvo como escenario la ciudad de Catacamas, del departamento de Olancho, en Honduras, y como marco especial a las cuevas de Talgua, un conjunto activo de cavernas de gran importancia hidrológica y arqueológica para la región mesoamericana.

Las exposiciones caracterizaron individualmente la proyección de la espeleología en cada uno de los países americanos participantes. En tanto que las exposiciones extranjeras –Italia, Inglaterra y Estados Unidos– delinearon claramente las intenciones de sus espeleólogos en colaborar con el crecimiento de la ciencia de las cavernas en los países donde expedicionan, en particular –para este congreso– en Honduras.

Las ponencias aparecieron en el siguiente orden:

Richard Finch, de la “National Speleological Society –NSS- de los Estados Unidos, resumió el historial de expediciones a cuevas en Honduras realizadas por espeleólogos norteamericanos desde 1857, cuando el doctor J. L. LeConte “investigó y describió la Cueva de Sangre, cerca de La Virtud”, trabajo que luego fue publicado por E. Geo. Squier (1870) con el título de “HONDURAS; Descriptive, Historical and Statistical”. Su resumen abarcó 33 expediciones hasta el año 2002, año en que Finch, y los hondureños Gustavo Ustáriz, Gaspar Meza y Sebastián Hernández, “mapearon la Cueva de los Olivos para la municipalidad de Taulabé y exploraron la Cueva de Villa Napolí y la Cueva de Otto, con el fin de promover un proyecto de turismo basado en cuevas”.

Andreas Salvato, de Italia, expuso la participación de los grupos italianos en las expediciones “La Pimienta 02” (2002), “La Pimienta 03” (2003), “Pan Bonito 05” (2005) y “Zapotillal 06” (2006). “En estos cuatro años –expuso Salvato en su presentación– hemos participado en las exploraciones 14 espeleólogos de 6 grupos diferentes: Associazione Speleologica Italia Centrale, Circolo Speleologico romano, Gruppo Speleologico Biellese, Speleo Club Roma, Speleo Club de la Seine y Gruppo Speleologico Sacile”, los cuales han explorado 70 cavidades con un desarrollo total de 9 kilómetros.

Nancy Mollinedo, de Guatemala, presentó su “Caracterización Geológica del Kast en los cuadrángulos Caquipec y Senahú, Alta Verapaz”, cuyo propósito fundamental fue “realizar un estudio de un área de 980 km2 delimitada por los cuadrángulos Caquipec y Senahú, que permita establecer los factores que intervienen en el modelado kárstico y el peligro que puede llegar a constituir para los poblados localizados dentro del área de investigación”.

Gustavo Quesada, del Grupo Espeleológico Anthros, de Costa Rica, expuso “Espeleología en Costa Rica: Breve Reseña Histórica”, donde resumió las iniciativas costarricenses en espeleología. Quesada comenzó informando que “el primer intento de exploración espeleológica se produce en 1912, en una gruta en las inmediaciones del Cangrejal de Acosta”, dio detalles de los inicios de la espeleología tica en 1967, con Julián González (Grupo Espeleológico de Badalona, España), y Carlos Goicoechea, montañista costarricense. Gustavo Quesada destacó el porcentaje kárstico (18%) de la superficie de Costa Rica, área que el Grupo Espeleológico Anthros ha divido en 7 zonas para la sistemática de su estudio.

Domingo Abréu Collado, de la República Dominicana (en su primera intervención), presentó también una relación histórica de la espeleología de su país dividiéndola en grandes espacios desde la llegada de los conquistadores europeos a La Hispaniola hasta la fundación del primer grupo espeleológico realizado por el profesor Dato Pagán Perdomo, señalando los aportes de diferentes investigadores, relevando la importancia natural y cultural de las cuevas dominicanas, y destacando los trabajos realizados por el Espeleogrupo de Santo Domingo desde su fundación en 1986. Entre esos trabajos Abréu destacó los esfuerzos del Espeleogrupo en dotar de protección a las cuevas de la República Dominicana mediante su inclusión en la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, ley lograda por el movimiento ambiental dominicano en el año 2000.

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