País bajo tierra
Japón, una donación de cumpleaños

País bajo tierra <BR>Japón, una donación de cumpleaños

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO
La Embajada del Japón donó al Espeleogrupo de Santo Domingo un cheque por valor de US$40.485 para la compra de equipo espeleológico, lo que coincide con el cumpleaños número 20 de esa organización. El Espeleogrupo fue fundado en febrero de 1986.

La donación fue realizada por el propio embajador del Japón, señor Haruo Okamoto, bajo la firma de un contrato de donación que establece el uso exclusivo de los fondos donados para su aplicación en el Proyecto de Mejoramiento de Equipos de Investigación de Cuevas del Espeleogrupo de Santo Domingo, Inc.

Siendo la Espeleología una actividad de práctica muy restringida en el país, dadas sus particularidades de riesgo por los grandes descensos que se practican, resulta muy limitada la participación organizada en ésta. Pero además –y por razones similares– la adquisición de equipos para su práctica resulta de muy alto costo. Y aunque desde el año 2000 es una actividad incluida dentro de las obligaciones del Estado, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, su práctica sigue siendo más de carácter privado.

La donación realizada por la Embajada del Japón permitirá al Espeleogrupo de Santo Domingo ampliar su cobertura de trabajo e investigación, pudiendo ahora facilitar la participación de otros técnicos para profundizar en aspectos de la Espeleología relacionados con la Biología, la Paleontología, la Arqueología y la Hidrología.

Para la Embajada del Japón no es la primera vez que interviene en un proyecto relacionado con las cuevas del país. En el año 2001 esta embajada donó al proyecto Cueva de las Maravillas dos generadores de electricidad y un ascensor, lo que permitió realizar en esa cueva la habilitación mejor lograda en materia de paisaje, logrando con ello la obtención del Primer Premio y Medalla de Oro en la Bienal Mundial de Arquitectura celebrada en Miami en el año 2003. El premio se le adjudicó al arquitecto Marcos Barinas, quien diseñó el proyecto de la Cueva de las Maravillas.

La donación de la Embajada del Japón al Espeleogrupo de Santo Domingo es un acto de reconocimiento al trabajo que durante 20 años ha estado realizando esa organización. Pero aparte de ese trabajo, la organización tuvo que exponer a los donantes sus objetivos a corto y largo plazo, así como los beneficios que de esa labor obtiene la República Dominicana. De esa exposición y relación con la Embajada del Japón se encargaron los espeleólogos miembros David Morera, Andrales Abréu y Alfredo Roldán, quienes se dedicaron por semanas a elaborar una minuciosa lista de equipos aplicables tanto al trabajo logístico como al trabajo científico y de procesamiento de datos, además de ubicar las tiendas especializadas para su obtención, la mayoría de ellas fuera del país.

Este reequipamiento del Grupo le permitirá ampliar sus posibilidades en la preparación del Catastro Nacional de Cuevas, cuyos datos son pasados a la Subsecretaría de Áreas Protegidas de la Secretaría de Medio Ambiente. Además, le permitirá prepararse para incursionar en la difusión de los resultados de sus investigaciones, utilizando para ello tanto la difusión de impresos como la difusión a través de las redes informáticas.

Gracias a la Embajada del Japón y al Espeleogrupo de Santo Domingo, la espeleología da un paso más hacia su desarrollo en la República Dominicana y hacia la demostración de las posibilidades de aportes de las cuevas en materia científica, cultural y económica.

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