País bajo tierra
El Pomier se sacó la lotería

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POR DOMINGO ABREU COLLADO
Luego de muchos años de pequeños avances y largas paradas El Pomier y sus parajes vecinos más cercanos tendrán una sede para la realización de actividades como asambleas, talleres, cine, cursos, operativos médicos y recreación. La Lotería Nacional asumió la responsabilidad de su terminación.

Por disposición de su administrador general, el ingeniero Ramón Rivas, el local donde funcionará también el sitio de información sobre el Proyecto Capital Prehistórica de las Antillas en El Pomier, en  San Cristóbal, será terminado en todos sus detalles, iniciándose los trabajos de inmediato.

Con ese objetivo se presentó al Pomier una comisión encabezada por el licenciado Julio César Díaz, el ingeniero Abraham Sarraf y la licenciada Irisneida Cuevas, subdirectora de Relaciones Públicas de la Lotería Nacional, quienes intercambiaron con miembros de las organizaciones comunitarias de El Pomier y procedieron a la ceremonia ya acostumbrada del “palazo” inaugural, para dejar iniciados los trabajos de terminación del centro comunal.

En los últimos años, la responsabilidad de la construcción del centro comunal de El Pomier había sido asumida por el Espeleogrupo de Santo Domingo, organización que ha asumido también los trabajos de investigación en las cuevas de la zona y que logró en 1993 la inclusión del área de cuevas en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

La búsqueda de recursos para la construcción del centro comunal nos llevó a tocar cientos de puertas y a proponerlo como proyecto a varias instituciones, como la Fundación Ford Motor Company, quienes durante tres años seguidos aportaron en cada versión de los Premios Ford otorgando al Espeleogrupo algunos fondos para el proyecto.

Recientemente habíamos iniciado una especie de “ofensiva final” para obtener los materiales necesarios para la terminación de la obra y dinero efectivo para el pago de la mano de obra, dirigiéndonos a empresas vinculadas a la construcción (ferreterías, industrias de pinturas, fabricantes de alambres eléctricos, etc.) y a empresas y personas que anteriormente estuvieron vinculadas a la explotación de calizas en El Pomier sin mucho éxito para entonces.

Podemos reconocer, por ejemplo, el aporte de la compañía Alambres Dominicanos, quienes donaron 500 pies de cable eléctrico para su instalación en el local, la donación de Industrias Aguayo en materia de los bloques finales de la construcción, y la donación de 4 quintales de varillas y otros materiales hecha por Industrias Nacionales, C.porA. –INCA-.

Un aporte decididamente fundamental fue el realizado por la compañía Cemex Dominicana, quienes aportaron la losa completa del techo del centro comunal y siempre estuvieron en disposición de aportar el cemento necesario para dicha construcción.

La parte simpática –o sería mejor decir la parte risible- de “pedir de puerta en puerta”, fue la de encontrar gente que condicionaban el aporte de ayuda a ellos decidir qué compraban, en qué cantidad compraban y cuándo lo compraban, una forma de decir “no confiamos lo suficiente en usted como para ponerle dinero en las manos”. Naturalmente, de esas personas preferimos no aceptar nada.

Otros nos pusieron a dar viajes, hasta tres por semana, para siempre estar ausentes o en reuniones. Este fue el caso de una ferretería grande que ganó bastante dinero con la venta de materiales al proyecto de habilitación de la Cueva No. 1 (inconclusa), y que hubiera podido ganar muchísimo más en la futura construcción de la Capital Prehistórica con solamente un poco de solidaridad cuando le fue solicitada.

Una empresa que no tiene nada que ver con cuevas, Acromax Dominicana, hizo aportes de materiales tan solo por simpatizar su presidente con la conservación del arte rupestre indígena, a cuya visitación recurre como hobby orientado por la lectura semanal de esta sección.

Felizmente, gracias a la Lotería Nacional y al ingeniero Ramón Rivas, su administrador, tendremos terminado el único y primer local que habrá tenido esa comunidad en su vida para albergar la creatividad, el trabajo colectivo, la asistencia médica, el entretenimiento adulto (sin embriagués) y la recreación infantil, esto último en tanto terminamos un área infantil que nos hemos propuesto construir muy cerca del Centro Comunal, el primero que tendrá la sección Borbón, igualmente en toda su vida y para el uso de todos los niños de todos los parajes que componen esa sección.

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