País bajo tierra
La cueva de Vitico

<STRONG>País bajo tierra<BR></STRONG>La cueva de Vitico

Sin otra sugerencia mejor aportada por el entorno, las particularidades de la cueva o algún accidente del terreno notable, las cuevas son “bautizadas” entonces con el nombre del dueño… o de la dueña, que también suele suceder.

Es por eso que, a falta de otra propuesta, se le colocó a esta cueva el nombre de “cueva de Vitico”, por ser más conocido el apodo que el nombre del propietario de la finca en donde se encuentra.

La Cueva de Vitico sufrió los daños que presenta de manos de su mismo dueño, quien tratando de acomodar el relieve de su interior a sus propias necesidades de disfrute, “allanó” caminos en su interior hasta la comunicación con el agua que inunda buena parte de la cueva.

De esta manera Vitico pudo introducir a la cueva una pequeña embarcación de la que se vale en ocasiones para recorrer su parte inundada.

De esta cueva se dice poseer depósitos funerarios en el fondo del agua.

Según la información obtenida en el mismo sitio, eran cuatro los depósitos funerarios, hasta que un supuesto español logró agenciarse la donación de uno de los cuerpos no se sabe con qué propósito.

 De la cueva se dice también poseer algunas inscripciones o formas artísticas muy adentro de la zona inundada.

Como también se dice que el espacio por recorrer sobre agua puede alcanzar el medio kilómetro hasta otra entrada, la que nuestro guía, en el día de su visitación, no estuvo seguro de localizar, por lo que su recorrido completo y la verificación de la información respecto a los depósitos funerarios y manifestaciones rupestres quedó para un próximo viaje y a la espera de dicha localización.

Ubicación

En tanto tenemos como información de la cueva su localización en la zona de Hoyo Claro, entrando por Verón, en la provincia de Higüey; su difícil acceso en función de un camino que es preferible recorrerlo con helicóptero; una supuesta extensión de poco más de 500 metros; la inexistencia (extraña para nosotros) de manifestaciones rupestres en la entrada que consideramos principal, -consideración que probablemente no era la misma para los aborígenes que la utilizaron-; la presencia de fauna acuática, en la que se encuentran muy bien representados algunos crustáceos como los que se ven en la foto, pendientes de identificar en un próximo viaje. Son muchas las cavidades en las que sus propietarios han causado algunos destrozos inopinadamente. Es decir, causan cambios en las estructuras de la cueva pensando que con ello mejoran la cavidad al facilitar el paso de personas hacia su interior.

A esta misma Cueva de Vitico le fue construida una entrada a base de piedra y cemento que en verdad no la necesitaba para nada. Otras instalaciones, como una tubería para la extracción de agua, le fue instalada para aprovechar la presencia del líquido, ausente en la superficie en muchos kilómetros a la redonda.

Todavía, a siete años de promulgada la Ley 64-00, la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, la gente no solamente la infringe en relación con las cuevas, sino en relación con todo lo natural. Para el común de la gente, tanto la Ley de Medio Ambiente como la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, son dos “historias” más de las que se cuentan en barrios y patios.

Persiste la necesidad de difundir entre la población la existencia de esta ley y de sus propósitos. Porque mientras la gente no sienta el peso de esa ley no obtemperará en su obediencia, como tampoco se enterará de los beneficios que ésta le reporta.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas