POR DOMINGO ABREU COLLADO
Desde hace casi dos años, luego de toda la basura que circuló en torno al proyecto Cueva de las Maravillas, hemos estado solicitando la celebración de un debate sobre esta cueva, en la que participemos los protagonistas de su habilitación y los críticos que utilizando todos los medios a su alcance han estado vertiendo suciedad y mentiras al respecto.

Aunque a través de correos electrónicos los “críticos” estuvieron “amenazando” con debates, exposiciones y demoliciones, nunca llegaron las amenazas hasta la esperada consumación.

Recientemente solicitamos al Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias coordinar dicho debate, de manera que sirviera la Academia como escenario para la actividad. Creímos que no tendrían mejor oportunidad los detractores de Maravillas para destazarnos vivos, como han querido hacerlo desde que la recuperación y habilitación de esta cueva.

Pero parece que nunca vamos a salir de las sorpresas. Según nos comunicó José Manuel Mateo, coordinador del Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias, la mayoría de los miembros de dicho equipo, entre los que se destacan furibundos críticos al proyecto de Maravillas, ahora consideran que ya no es necesario o conveniente el debate, porque lo de Maravillas “es ya un hecho consumado”.

Habría que suponer que para dicho Equipo Ambiental todo lo que finalmente ocurre ya no merece atención o estudio, y mucho menos un debate. Es decir, que no merecería debate ya una ley sobre Áreas Protegidas, ni la pérdida de manglares en la costa norte del país, ni la ocupación de una parte del Parque Nacional del Este por el núcleo de hoteles que se cargaron las lagunas y sitios arqueológicos de Guaraguao.

Pues… excelente. En este caso, vamos a pedir públicamente a la Academia de Ciencias de la República Dominicana –y ya lo hicimos por correo electrónico y lo haremos por carta formal – habilitarnos un día, a una hora determinada, para exponer todo lo relativo a la cueva de las Maravillas y su proceso de habilitación.

Solicitamos a la Academia de Ciencias, además, invitar a esa exposición a las instituciones Secretaría de Estado de Cultura, en la persona de su secretario; Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en la persona de su secretario; a la Oficina de Patrimonio Cultural, en la persona de su incumbente; al ICOMOS, a las universidades y, naturalmente, a todos los académicos miembros de esa Academia. Y claro, a todos los que se consideren especialistas en el tema y al público en general interesado.

Nunca hemos entendido como un tema que ha sido tan vilipendiado, pero que tiene tanta importancia para la arqueología dominicana, la educación y el turismo organizado, no ha recibido el respaldo suficiente como para organizar un debate sobre sus diferentes aspectos.

Sospecho que todo tiene que ver con cierta reacción a una exposición nuestra en el Congreso de Antropología Fernando Luna Calderón, realizado en el Museo del Hombre Dominicano en octubre del año pasado, cuando uno de los críticos de marras entró en pánico al verse desnudado en público en relación con sus verdaderas intenciones en el medio cultural y arqueológico.

Pero creo que solicitado por este medio, y luego invitadas las instituciones sugeridas, no habrá más remedio que airear el asunto de la Cueva de las Maravillas. Porque ya que no han querido presentarse a un debate lo decente es que se realice una exposición pormenorizada de este proyecto, y si hay preguntas al respecto, que se hagan, y si alguien quiere alterar el normal desenvolvimiento de la actividad, por no convenirle lo que se diga en el mismo, pues que se le someta al orden.

En todo caso, si al final se decide realizar un debate sobre Cueva de las Maravillas, es importante habilitar suficiente tiempo para las exposiciones, de manera que puedan sacarse a la luz todas las informaciones obtenidas y que toda la experiencia nos sirva para futuros proyectos.