El Instituto Nacional de Patología Forense fue dotado de una unidad de refrigeración en la cual se pueden colocar 12 cadáveres que pueden conservarse en buen estado.
En otro orden, el viceministro de Ciencias Forenses, doctor Sergio Sarita Valdez, deploró que se haya estado enterrando algunos cadáveres rescatados de la tragedia de Samaná en una fosa común.
La planta física del área refrigerada tuvo un costo aproximado de RD$ 974,135.02, mientras que la nevera, con capacidad para 12 cadáveres, tuvo un costo de RD$ 6,542,135,02.
Las autoridades de Salud Pública y de Patología Forense aseguraron que por el momento, para situaciones normales, el país tiene espacio para guardar cadáveres. Las neveras que tenía el Instituto eran del año 1989, por lo cual no había tal cadena de frío.
Sarita Valdez aseguró que por esa razón era frecuente que en verano los cadáveres entraran en proceso de descomposición, dado el calor y el inadecuado proceso de refrigeración.
Con la adquisición del nuevo equipo, el Ministerio Público ofrece garantía ambiental y sanitaria, libre de los desagradables olores que generalmente se desprenden durante la putrefacción, dijo Sarita Valdez.
En el acto de entrega de la unidad refrigerada participaron el doctor Roberto Peguero, viceministro de Salud Pública, y representantes de la Procuraduría General, la Policía Nacional, Laboratorio Nacional y otras instituciones afines.
Respeto a los muertos. El funcionario aseguró que los muertos merecen todo el respeto en la cultura dominicana y por eso no pueden ser lanzados a una fosa común. Un cadáver se respeta, por lo que significó en vida, aseguró Sarita Valdez.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un reglamento al que todos los países signatarios, como la República Dominicana, deben ceñirse, manifestó el patólogo.
Aseguró que el país no está ante una tragedia inmanejable, aunque es doloroso que más de 53 dominicanos hayan perdido su vida en una yola tratando de llegar a Puerto Rico.
Sarita Valdez dijo que la República Dominicana tiene que acogerse a normas civilizadas, como las que tiene la OMS.
Lo primero es tener los cadáveres, fotografiarlos y tomarles las huellas, entonces se llevan a refrigerar, pero no lanzarlos a una fosa común, eso no debe volver a suceder.
Consideró muy válida la actitud de un fiscal en Sabana de la Mar que impidió que enterraran cadáveres en fosas comunes.
Crueldad. Con respecto a la pregunta de por qué cada vez más los delincuentes son crueles a la hora de herir a sus víctimas, explicó: lo que sucede es que ahora en el cerebro de cualquier atracador hay de por medio drogas que afectan el cerebro de esa persona y lo hace ser más cruel frente a su víctima.
El patólogo asegura que ciertamente se puede visualizar una mayor crueldad por parte de quienes atacan a otros con violencia.
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Mal manejo
Tras el naufragio de un bote la semana pasada en la bahía de Samaná que se dirigía a Puerto Rico con más de 70 personas a bordo, se ha hecho más evidente el manejo inadecuado de los cadáveres en República Dominicana. Más de 50 personas murieron en el naufragio y muchos cadáveres fueron sepultados en una fosa común en Sabana de la Mar, porque no pudieron ser identificados por sus familiares.