País exportador de chatarras

País exportador de chatarras

En varias ocasiones nos hemos referido a este tema y en vista de que nuestras autoridades, especialmente nuestro señor Presidente, no ha tomado las previsiones necesarias para impedir que los malandrines, rateros y ladrones vulgares sigan depredando, no sólo el sistema eléctrico nacional, sino también el dragado sanitario, ya que concomitantemente con el hurto de cables eléctricos y de teléfonos, las tapas sanitarias en las calles y las aceras son víctimas de este infame pillaje al cual no le ha podido poner coto, ni la Policía Nacional, ni las patrullas mixtas que de vez en cuando se integran para evitar robos y atracos.

Decíamos, que si nuestro país no posee minas de cobre, hierro, etc. ¿cómo es posible que la exportación de estos metales ocupe el cuarto lugar?  La verdad monda y lironda es que los ladrones, en connivencia con los metaleros que sin importar la procedencia compran las denominadas “chatarras”, son las culpables de que ese mal siga azotando al país.  Todo esto se corregiría con un Decreto presidencial que prohíba la exportación de chatarras.  De ese modo, no habría interés en saquear el patrimonio ajeno y las compañías de generación eléctrica y las compañías de teléfonos y tele- cables tendrían un gran respiro y una mayor economía en su modus operandi.  Casi todos los días la prensa se hace eco de algún hurto de líneas telefónicas o de cables de fibra óptica. 

Los ciudadanos sentimos vergüenza cuando notamos que los paneles solares que suministraban la energía para iluminar el hermoso puente Mauricio Báez sobre el río Higuamo han sido robados y esa joya arquitectónica se disminuye enormemente en su esplendor.  Y qué decir del alumbrado de la autopista Las Américas que iba soterrado y para impedir el robo los pusieron aéreos y con todo y todo los desaprensivos dieron parte de un buen tramo.  Lo mismo ocurrió en el puente Juan Bosch, donde no sólo se robaron los cables más también las lámparas.  Y que nadie nos diga que esa acción no fue vista por alguna autoridad, ya que se necesitaba equipo especial y una escalera muy alta para proceder a la remoción de las luminarias y en cuanto al robo de paneles en la UASD, que se supone sea un espacio protegido, no hay palabras para describirlo.

Las calles, sobre todo de noche, son un peligro por el robo de las tapas de los filtrantes.

 Se llegó a buscar una solución provisional trayendo unas tapas de una fibra fabricadas en México resistentes al peso de los vehículos, mas no creemos que esa sea una solución definitiva, ya que no dudamos que los amigos de lo ajeno no tardarán en buscarle alguna utilidad a las mismas y por supuesto, nuestras autoridades se harán de la vista gorda como ha sucedido hasta ahora con las metálicas.

Expresábamos nuestra convicción de que el presidente Fernández no se animará a dictar el Decreto que impida la depredación pública de los diferentes tipos de metal, porque debe haber uno o varios “canchanchanes” suyos que no le perdonarían este “despojo” de un derecho constitucional como es el que enuncia la “libre empresa”, lo malo que en este caso específico debemos agregarle “de lo ajeno”.  Anímese Presidente para que podamos decir, ahora si es p’alante que vamos.

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