País prisionero de dos acaparadores de la política

País prisionero de dos acaparadores de la política

El siglo XXI nos ha traído la novedad que la actividad política de los partidos, después de haber estado controlada por varias décadas por Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch, con la desaparición de estos, dejó el campo libre para que dos jóvenes políticos de origen popular, que con su manipulación en el poder, han encantado a una buena mayoría de los dominicanos rendidos a sus pies. Desde el 2004 hasta ahora han provocado una intensa e irreversible rivalidad para aferrarse al poder, atrayendo a los incautos dominicanos con su demagogia y promesas derivadas del ejercicio del mismo.
Leonel Fernández y Danilo Medina, jóvenes de las décadas del 70 estuvieron inmersos en las luchas de su idealismo de izquierda marxista para redimir a los pobres de Quisqueya. Por varios años mantuvieron sus tesis de lucha popular y uno estuvo sumergido en la amplia literatura existente para engrandecer al marxismo y el otro, más pragmático y luchador de acción, sumergido en acciones directas para afectar el orden establecido. Pero el derrumbe del socialismo a partir de 1990 cambió la mentalidad de amplios círculos de jóvenes soñadores de la izquierda reivindicativa para engancharse al libre proceder del capitalismo salvaje atrayendo a los que fueron abanderados de la lucha popular. A partir de la década del 90 fueron surgiendo como modélicos representantes de la nueva izquierda hasta llegar a ser jefes de Estado en muchos países del continente. Me imagino lo que le costó el aprendizaje de esa nueva generación de políticos no creyentes en su juventud y etapa revolucionaria de luchas para aprenderse el ritual de las ceremonias religiosas como las misas. Ellos en su condición de estadistas y altos funcionarios tenían la obligación de asistir a esas ceremonias que se oficiaban en las catedrales y otros templos importantes. De seguro que curas amigos se ocuparon de enseñarles a nuestros dos presidentes peledeístas el ritual de cada ceremonia en especial las misas.
La rivalidad de los dos jóvenes peledeístas se acentuó a mitad del primer gobierno de Fernández en 1996 cuando un leal asesor, amigo y admirador de Medina, renunció de su cargo lo cual se reflejó luego en las elecciones del 2000 cuando a Medina, su compañero de partido y presidente, lo dejó solo en su campaña y naturalmente perdió de Hipólito Mejía.
Ya para el 2004 el peledeísmo volvió con más fuerzas y agallas para enriquecerse y se inició la formación de una nueva clase de millonarios que en su vanagloria dicen que poseen más dinero que los pertenecientes a la aristocracia rancia criolla. Para el 2008, cuando el Estado derrotó a Medina, la rivalidad iba en aumento. Finalmente en el 2012 Medina pudo acceder al poder e iniciar su novedoso programa de gobierno muy efectivo por atacar los problemas nodales de la sociedad como la educación, la salud, una infraestructura vial de primer orden, asistencia al campo con su primera visita sorpresa al este del país donde tuvo dificultades para ir al baño de un destartalado cuartel de la policía en Nisibón.
Danilo Medina en sus casi siete años de gobierno ha producido una gran transformación del país con una modernización admirable pero a un costo muy elevado del endeudamiento externo y un crecimiento desbocado de la corrupción. Esta ha manchado casi todos los segmentos de su administración ya sea por rumores o veracidades de los frecuentes informes televisivos de Alicia y Nuria, aparte de lo que se divulga por las redes sociales.
Sin embargo, los avances en la educación son resplandecientes por la forma de como se ha integrado al alumnado a las nuevas prácticas educativas con la lástima de que el magisterio no responde al desafío de la calidad. Por eso todavía las mentes noveles no asimilan su alcance de superación y al punto de librar al país de la lacra del analfabetismo. Igual ocurre con la salud en donde el otrora desastroso estado de los hospitales contrasta con su moderna reconstrucción pero acusando fallas en esos procesos y con una planilla de profesionales poco motivados a rendir un servicio a la clase más desposeída.
El choque de trenes de las ambiciones políticas. Uno quería continuar, pero ya desistió frente al país el pasado lunes y el otro por volver en donde las masas de sus seguidores presionan para logar esa meta. Unos en su mayoría procuran perpetuar sus prebendas que los han hecho millonarios en la actual administración de Medina. Y los que son fieles a Fernández, ricos desde esa administración, y que han seguido por lealtad partidaria disfrutando de jugosos sueldos de la nómina publica actual, buscan treparse al carro gubernamental y proseguir ahora sin el temor de retaliaciones si es que ganaran en mayo del 2020 y Fernández fuera el candidato oficialista.

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