Hoy, como nunca y más que nunca, el país que soñó, concibió y concretizó Juan Pablo Duarte Díez, único Padre de la Patria, desde la sociedad secreta La Trinitaria en 1838, residencia de Josefa Pérez de la Paz, doña Chepita, calle Arzobispo Nouel 155, donde nació y se forjó la patria dominicana, atronada por el trabucazo de Matías Ramón Mella en la Puerta de la Misericordia y luego, a doscientos metros, proclamada en la Puerta del Conde, requiere de sus buenos hijos la multiplicación de sus ejemplos.
Ejemplos que empezaron negando todos los Trinitarios, excepto Juan Isidro Pérez, conforme pormenoriza meticulosamente el historiador Orlando Inoa en su obra El accionar y pensamiento del único padre de la patria dominicana fue traicionado siempre por muchos malos dominicanos y honrado por pocos, empezando por el ogro de El Prado, general Pedro Santana con intenciones de fusilar al Patricio Supremo, salvado por intervención del opulento naviero sefardí Abrahán Cohén.
Ejemplos desprendimiento de bienes materiales, conforme cosmovisión de los iluminados apóstoles José Martí, general José de San Martín, Benito Juárez, Ramón Emeterio Betances, Pedro Albizu Campos, Antonio Maceo, Simón Bolívar.
Pulcritud ejemplar en manejos recursos del contribuyente, conforme recordamos Duarte rindió informe a la Junta Central Gubernativa al retornar campaña del Sur, exhibida por el PLD al inicio del primer Gobierno de Leonel Fernández, traicionada, ampliamente traicionada por Danilo Medina.
Nuestro país, nuestros paisanos, requerimos reiteración inmarcesibles ejemplos duartianos, no otro Duarte conforme editorial Listín 25 enero.
Proliferación de ejemplos duartianos, diseminación de sus excelsos postulados.