MONTEVIDEO (AFP) – Los gobiernos latinoamericanos calificaron de «penosa» y «necesaria» la renuncia de Miguel Angel Rodríguez -acusado de corrupción- a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y señalaron que ello «fortalece» al organismo hemisférico.

   El gobierno brasileño expresó a través de su Cancillería que «lamenta la situación» y reveló que «está manteniendo consultas sobre la materia con los demás miembros de la OEA, en particular sus socios del Mercosur, teniendo presente la importancia del buen funcionamiento de la organización».

   Por su parte el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, juzgó el incidente como «muy penoso» y dijo que «es verdaderamente trágico».

   «Para la OEA es de gran beneficio el que el señor (Rodríguez), si está bajo la sombra de esta posibilidad de un delito, la deje, porque eso nos ayuda a todos, ayuda a que se resuelva un tema», apuntó Derbez.

   El vicencanciller argentino, Jorge Taiana, sostuvo que la renuncia constituye «un paso necesario que permitirá a los países que integran el sistema interamericano buscar en forma conjunta una solución a la crisis que atraviesa en estos momentos la OEA».

   La Cancillería ecuatoriana también aprobó la decisión de Rodríguez de renunciar y confió en las instituciones de Costa Rica para esclarecer el caso.

   «Asimismo (Ecuador) compromete sus mejores esfuerzos y apoyo por el pronto restablecimiento de la normalidad institucional dentro de la organización», precisó.

   El viernes el gobierno de Colombia estimó como «muy oportuna» la dimisión porque de esa manera se evita «a la OEA el desgaste y el hecho de que se viera afectada su capacidad por unas circunstancias totalmente ajenas al organismo», subrayó la canciller Carolina Barco.

   Panamá aseguró a través de su Cancillería que la renuncia de Rodríguez «fortalece esta organización (…) en vez de debilitarla».

   Por su parte, el embajador venezolano ante la OEA, Jorge Valero, calificó de «comprensible» el alejamiento de Rodríguez del cargo, mientras el canciller de ese país, Jesús Pérez, declaró a la prensa que Venezuela evalúa la posibilidad de proponer un candidato propio al cargo vacante.

   El presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, aplaudió la renuncia pero señaló que Rodríguez, compañero suyo en el gobernante Partido Unidad Social Cristiana (PUSC, derecha), lo «engañó». «No es justo que los costarricenses paguemos lo que fue un engaño», añadió.

   La renuncia avivó el debate sobre posibles sucesores de Rodríguez.

   El presidente salvadoreño, Antonio Saca, se mostró «dispuesto a apoyar a un candidato único en Centroamérica».

   «Y si ese candidato es Francisco Flores (ex presidente salvadoreño 1999-2004) pues lo vamos a apoyar», añadió.

   Ya el nombre de Flores se había valorado en el pasado como un virtual contrincante de Rodríguez para la candidatura de la OEA pero, finalmente, el ex gobernante salvadoreño no aspiró al cargo.

   «Hay personas muy valiosas entre nuestros colegas en América Latina», dijo a su vez Derbez, y se pronunció por la ex canciller chilena Soledad Alvear.

   En Perú se mencionan como posibles candidatos al actual canciller, Manuel Rodríguez Cuadros, y al ex presidente Valentín Paniagua.

   Medios de prensa de la región también aplaudieron la renuncia y llamaron a realizar reformas en el organismo.

   «Buenas noticias saludan la lucha contra la corrupción», dijo en su editorial el diario La Prensa de Panamá.

   Rodríguez dejará oficialmente su cargo el 15 de octubre.

   La Fiscalía de Costa Rica emitió orden de captura internacional en su contra a partir del 16 de octubre, en caso de que no se presente a declarar ante la justicia.

   El escándalo que provocó la renuncia de Rodríguez al cargo de secretario general de la OEA, se desató tras declaraciones de José Antonio Lobo, amigo del ex presidente, y ex directivo del ICE (monopolio estatal de las telecomunicaciones).

   Lobo dijo a la Fiscalía de Costa Rica que el ex mandatario exigió 60% de un «premio» de 2,4 millones de dólares otorgado por la transnacional francesa Alcatel tras adjudicársele una compra de 400.000 líneas celulares en el 2001.

   Al dimitir a la OEA, Rodríguez alegó inocencia frente a los cargos de los que se le acusa, pero dijo que renunciaba para dedicar más tiempo a su defensa y a aclarar los hechos ante las autoridades judiciales.

   El estadounidense Luigi Einaudi asumió interinamente la conducción de la OEA.