LA HABANA (AFP).- El “eje socialista” de América Latina, Venezuela, Bolivia y Cuba, subió a la tribuna de la XIV Cumbre de Países No Alineados (NOAL) enérgicas denuncias de la política exterior de Estados Unidos y reclamó soberanía absoluta sobre los recursos naturales para países como Honduras y Panamá.

Hugo Chávez, presidente de Venezuela, fue el primero en levantar la voz en el cónclave de La Habana, donde la ausencia del líder cubano Fidel Castro, en recuperación por su intervención intestinal, no debilitó las condenas contra Washington.

“Estados Unidos no es el eje del mal, es el epicentro del mal”, asestó Chávez, recibido por dos ocasiones por su amigo Fidel Castro en el lugar secreto donde se recupera.

En una clara alusión a Estados Unidos, los países No Alineados reprobaron “rotundamente” en su declaración final, “el uso del término el ‘Eje del mal’ por cierto Estado para estigmatizar a otros Estados”.

El gobierno de George W. Bush, añadió Chávez, apuesta por “desestabilizar” a Venezuela y a Cuba, y aludiendo principalmente a Bolivia, también amenaza a otros gobiernos de la región “satanizando cualquier intento de justicia y reivindicación de nuestros valores”.

“Tenemos algunos problemas (internos), resistencias de algunos grupos, grupos que eran parásitos y quieren seguir siendo parásitos del gobierno, en todo caso tienen cooperantes externos”, secundó Evo Morales, inmerso en un proceso de nacionalización de los hidrocarburos de su país.

“Todas las medidas recientes aplicadas por el gobierno de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba”, incluidas “las transmisiones agresivas de radio y televisión” y el Plan para una Cuba Libre que Washington tiene preparado para una transición política en la isla, también fueron expuestas en la Cumbre.

Los 118 miembros del NOAL reunidos en Cuba, 56 de ellos representados por sus gobernantes, aprobaron por unanimidad cinco documentos.

En la declaración final plasmaron su “invariable apoyo y solidaridad al pueblo y el Gobierno de Bolivia, en momentos en que fuerzas externas pretenden desintegrar el país, desestabilizar sus instituciones y poner en peligro su democracia”.

El NOAL respaldó la política de Morales para lograr el “ejercicio de la soberanía plena sobre sus recursos naturales en beneficio de todos los bolivianos”.

Sobre Venezuela consideró “con preocupación las políticas agresivas del gobierno de Estados Unidos” y demandó “el derecho inalienable del pueblo venezolano a determinar su propia forma de gobierno y elegir su sistema económico, político y social, libre de intervención extranjera, subversión, coerción y restricciones de cualquier tipo”.

Incluso avalaron “la imparcialidad y la fiabilidad probadas del poder electoral constitucional (venezolano) para garantizar elecciones imparciales, transparentes y fiables en diciembre de 2006”.

La exigencia referente a los recursos naturales se extendió hasta Honduras y Panamá, país al que dieron su “apoyo y la solidaridad (…) en su lucha por recuperar el Canal y ejercer una soberanía efectiva sobre todo su territorio”.

En Honduras debe ponerse “fin al boicot impuesto por las compañías transnacionales al proceso público para la licitación internacional de combustibles”, que tiene lugar actualmente en ese país, se añade en el texto.