Países en desarrollo, y la violencia

Países en desarrollo, y la violencia

SONIA VARGAS
Un nuevo estudio comparativo de información nacional representativa sobre la violencia doméstica en nueve países en desarrollo revela que las mujeres cuyas madres fueron maltratadas por los padres tienen el doble de probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica.

El informe, Profiling Domestic Violence: A Multi-Country Study (Perfil de la violencia doméstica: un estudio multinacional), publicado por ORC Macro, también descubrió que la violencia familiar en dichos países está altamente relacionada con el estado de embriaguez de los maridos y su comportamiento dominante; pero el estudio no indicó que la pobreza de la mujer, su falta de educación o su falta de control sobre la toma de decisiones elevarán sistemáticamente el riesgo de ser maltratadas.

“La violencia hacia el sexo opuesto es un problema de diferencias entre los sexos”, sostiene Kiersten Johnson, coautora del estudio e investigadora de ORC Macro. Por ejemplo el estudio descubrió que las mujeres que compartían la mayoría de las decisiones del hogar con sus esposos o compañeros corrían menor riesgo de ser maltratadas (sin importar el nivel de ingreso del hogar).

La violencia doméstica es un problema mundial.

El informe se basa en datos de las Encuestas demográficas y de salud realizadas en nueve países en desarrollo: Camboya, Colombia, República Dominicana, Egipto, Haití, la India, Nicaragua, Perú y Zambia. Dichas encuestas, realizadas en su mayoría a partir de 1998, recopilaron amplios datos de demografía y salud sobre mujeres entre las edades de 15 a 49 años. También se recopiló información sobre los indicadores de la “emancipación personal”, como son la educación, el empleo y la participación en la toma de decisiones del hogar.

Por otra parte los investigadores preguntaron a las mujeres si habían sufrido violencia doméstica en su vida adulta, y se les preguntó detalles relativos a la violencia física, sexual y emocional en sus relaciones actuales. Los porcentajes de mujeres que dijeron que su compañero íntimo había abusado de ellas en alguna ocasión oscilaron entre el 48% en Zambia y el 44% en Colombia, por una parte, y el 18% en Camboya y el 19% en la India por la otra. (Un estudio del Commonwealth Fund señala niveles similares de este tipo de violencia en los Estados Unidos: 31%2.).

Más de una de cada seis mujeres casadas en todos los países estudiados indicó haber sido empujada, sacudida, abofeteada o utilizada como blanco de objetos aventados por su compañero; y al menos una de cada 10 había sido amenazada o humillada en público por su esposo.

La coautora Sunita Kishor, una especialista en temas de género en ORC Macro, advierte que las preguntas de la encuesta son diferentes en algunos de los países, por lo que es difícil hacer comparaciones absolutas sobre la magnitud de los maltratos domésticos. Pero Profiling Domestic Violence deja claro que la violencia doméstica continúa representando un problema en estos nueve países y que por lo menos en varios de ellos las mujeres están acostumbradas a aceptarla como legítima en ciertas circunstancias.

“Las mujeres educadas tienden a rechazar más (la práctica de la violencia doméstica), pero tampoco puede decirse que no haya discrepancias incluso entre ellas”, señala Kishor.

“En la mayoría de los países, el descuidar a los hijos es una razón que las mujeres tienden a justificar como motivo para recibir una paliza. Esto es muy revelador, pues indica que existe una aceptación bastante generalizada de que el cuidado de los hijos es una obligación muy básica de la mujer”.

El estudio trajo a la luz una clara relación entre los maltratos y el deterioro de la salud de las mujeres víctimas y sus hijos. Por ejemplo, las mujeres de casi todos los países estudiados que han sufrido maltratos de sus parejas tenían mayor número de partos no deseados y partos de niños muertos (entre un 33% y un 72%) que las que nunca sufrieron violencia de este tipo.

Las mujeres que eran víctimas de violencia también mostraban, por un lado, mayores probabilidades de tener infecciones de transmisión sexual y, por las otras, menos probabilidades tanto de recibir atención prenatal durante el primer trimestre del embarazo como de vacunar correctamente a sus hijos de 12 a 35 meses. Asimismo, había mayor probabilidad de que los hijos de dichas mujeres murieran antes de cumplir los 5 años de edad.

Ambas autoras subrayan que proporcionar estadísticas nacionales sobre violencia familiar junto con información de salud y demográfica es un importante medio para abordar las causas de los maltratos domésticos.

“Hasta hace poco no existía este tipo de interés o inquietud respecto de este tipo de datos, ni siquiera el reconocimiento de que la violencia doméstica fuera algo de interés para la salud pública y el desarrollo”, dice Johnson. “Es importante saber que los factores son múltiples y existen, por lo tanto, diversas áreas donde realizar intervenciones”.

Por otro lado, quiero señalar que la violencia doméstica, no es exclusiva de un nivel social bajo, esta violencia alcanza los niveles sociales mas altos, en este sector de la sociedad no hay estadísticas, no se ventilan en publico, pero es sorprendente el gran numero de hombres, políticos, grandes empresarios, y hombres de cierta dimensión publica como ejercen la violencia sobre sus familias, compañeras novias o esposas, son hechos manejados a discreción, por la mismas maltratadas, por diferentes razones, que ya sería tema de otro artículo, y para finalizar dejo una pregunta ¿Por qué las mujeres callamos cuando somos violentadas?

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