La cumbre de representaciones gubernamentales de Centroamérica y el Caribe que ayer culminó en Santiago de los Caballeros unificó posiciones de los Estados ante problemas de dimensión regional para su turismo, otros renglones de las economías y los suministros de alimentos e insumos además de alcanzarse un acuerdo para facilitar el acceso a financiamientos favorables al desarrollo con mecanismos propios.

En el marco de un evidente fortalecimiento de relaciones entre países de una misma lengua y cercanías culturales e históricas, República Dominicana cosechó el respaldo de sus socios para los reclamos de que la comunidad internacional asuma la búsqueda de solución a la crisis de Haití.

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Ganan oportuna aceptación las razones y argumentos que sustenta este país urgido de guardar distancia de las consecuencias que desde su cercanía provendrían de la quiebra del orden y el deterioro de funciones institucionales que afectan las condiciones de vida de muchos haitianos.

En su defensa República Dominicana deja fuera de duda su decisión de permanecer desligada de operaciones de envergadura hacia el interior y entornos del convulsionado territorio, haciendo respetar su propio espacio de los efectos colaterales adversos que emergerían.

Rescatar a Haití del terrorismo enseñoreado y encaminar con advertencia de sanciones a una coexistencia a sus polarizadas sectas políticas amerita una aplicación de autoridad multilateral al margen de República Dominicana.