Países latinoamericanos forman
un racimo para defender el banano

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QUITO (EFE).- Ofendidos por lo que consideran un agravio injusto de la Unión Europea (UE), los siete principales países de América Latina productores de banano formaron un racimo para plantar cara a la pretensión de gravar fuertemente sus exportaciones de la fruta tropical.

En una maniobra tan rápida como eficaz, los mandatarios de Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Ecuador, Honduras y Nicaragua se reunieron en Quito ayer, miércoles, para coordinar una postura común ante la UE en una cuestión trascendental para sus economías.

Los europeos pretenden que dentro de once meses cada tonelada de banano americano que llegue a sus mercados pague un arancel de 230 euros (300 dólares), en lugar de los 75 euros (98 dólares) que tributan en la actualidad.

Esa idea de triplicar los aranceles del banano se debe a que desde esa fecha no existirán los actuales cupos limitadores de las ventas latinoamericanas de banano en Europa, que actualmente se sitúan en unos 2,5 millones de toneladas anuales.

Pero la apertura de los mercados europeos esconde para los latinoamericanos una «trampa oculta», ya que países africanos y asiáticos que fueron ex colonias europeas, así como algunos del Caribe, han logrado un régimen privilegiado que les exime de pago de aranceles en sus exportaciones de banano.

Expertos consultados cifraron en unos 500 millones de dólares anuales las pérdidas anuales que el nuevo arancel europeo podría causar a los siete países de América Latina productores de banano.

Algunos, incluso, temen que hasta podrían quedar fuera casi totalmente de las ventas en la Unión Europea, ya que el pago del arancel inevitablemente repercutiría en el precio final del producto, que sería mucho más caro que el procedente de otros continentes y por tanto poco demandado por los consumidores.

Además, al perjuicio económico global se sumaría el impacto social en los países afectados si sus respectivos sectores bananeros entran en una profunda crisis por la caída de las exportaciones.

En el caso de Ecuador, que es el primer exportador de banano con el 60 por ciento de las ventas mundiales, esa agro-industria es la principal fuente de ingreso de divisas después del petróleo y da trabajo a 1,2 millones de personas, para una fuerza laboral activa total de casi seis millones.

Las grandes compañías multinacionales comercializadoras del banano, en su mayoría estadounidenses y con Del Monte y Chiquita Brands a la cabeza, también en están en contra de la pretensión europea, porque obviamente perjudicaría su cuenta de resultados.

El vicepresidente regional de la firma estadounidense Chiquita Brands, Manuel Rodríguez, afirmó tras la reunión de los presidentes en Quito que «con cada centavo que se eleve al arancel de 75 euros, Europa protege más a sus ex colonias y perjudica a Latinoamérica».

Esta I Cumbre de Países Latinoamericanos Exportadores de Banano puede llegar a tener consecuencias políticas positivas en la región, puesto que por vez primera todos ellos presentan una posición común sin fisuras, en contrate con sus tradicionales antagonismos y discrepancias.

La reunión de Quito «es un ejemplo de la profunda solidaridad entre los países y refleja el profundo compromiso con la defensa de nuestros derechos y legítimos intereses en esta trascendental materia para nuestros países», dijo el presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez.

La próxima etapa será ahora una nueva reunión de los productores de banano en la ciudad colombiana de Medellín, el próximo mes de febrero, para concretar los detalles de las propuestas y contraofertas que presentarán a los responsables de la UE.

Pocos días después, aún sin fecha concreta, los ministros de Comercio Exterior de los siete países viajarán a Bruselas para negociar formalmente, y en el caso de no lograr un acuerdo se estudiaría la posibilidad de acudir a un arbitraje ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).

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