ROMA. AP. Más de 170 gobiernos se comprometieron ayer en Roma a hacer más para evitar la desnutrición en todo el mundo, adoptando unas nuevas directrices voluntarias para promover dietas saludables y reducir los niveles de obesidad en el inicio de una cumbre de tres días de Naciones Unidas.

En la actualidad, unos 2,000 millones de personas — un tercio de la población mundial — sufre deficiencias nutricionales, incluyendo falta de vitamina A, yodo, hierro y zinc. Estas carencias causaron el 45% de las muertes infantiles en 2013. Al mismo tiempo, unos 42 millones de niños de menos de cinco años padecen sobrepeso y alrededor de 500 millones de adultos eran obesos en 2010, según muestran las cifras de la ONU.

Las directrices señalan que las guerras, los desastres naturales y las epidemias como el ébola pueden tener efectos devastadores en los niveles de nutrición y piden la distribución segura de alimentos y suministros médicos para la gente que lo necesita.

Los gobiernos se comprometieron a invertir más en programas de nutrición, promover la lactancia materna y desarrollar políticas de agricultura que promuevan dietas sostenibles, seguras y nutritivas.