Pakistán llora hoy a los 141 muertos en ataque talibán

Pakistán llora hoy a los 141 muertos en ataque talibán

Un total de 141 personas, entre ellas 132 niños, murieron ayer en un ataque talibán contra una escuela para hijos de militares en Peshawar, en el atentado más sangriento de la historia de Pakistán.

PESHAWAR, Pakistán.  Pakistán lloraba hoy  en los funerales masivos que empezaron a celebrarse por las 142 personas, la mayoría niños, asesinadas el día anterior en un atentado talibán contra una escuela militar en el noroeste del país.

En todo el país se organizaron vigilias y en otras escuelas los estudiantes hablaron de su conmoción por la masacre en Peshawar, donde siete talibanes armados y con explosivos atados al cuerpo escalaron un muro con una escalera para entrar en la Escuela e Instituto Público Militar el martes por la mañana.

Los agresores mataron a tiros a los estudiantes y quemaron vivas a algunas profesoras. La masacre, la mayor matanza de inocentes en el país, conmocionó a un país cansado de inacabables atentados terroristas.   Comandos del ejército se enfrentaron a los talibanes en una batalla que se prolongó durante el día, hasta que la escuela fue despejada y todos los atacantes murieron.

El miércoles, la escuela ofrecía una devastación sobrecogedora cuando se permitió el acceso a los medios. Había charcos de sangre en el suelo y las escaleras, ventanas desquebrajadas y marcos con las puertas arrancadas. Cuadernos destrozados, prendas de ropa y zapatos infantiles salpicaban el lugar. Unas gafas de niño yacían rotas en el suelo.

Después de entrar en la escuela, los atacantes se abrieron paso hasta el auditorio principal, donde había muchos alumnos reunidos para un acto, explicó a la prensa el mayor general Asim Bajwa, portavoz del ejército, durante la visita.

Después, los milicianos subieron al escenario y empezaron a disparar al azar.    Los estudiantes caían abatidos cuando trataban de huir hacia las puertas. Después, el ejército recuperó unos 100 cuerpos sólo en el auditorio, explicó el portavoz.

“Esto no es un acto humano”, dijo Bajwa. “Es una tragedia nacional”.    El gobierno declaró un luto oficial de tres días a partir del miércoles. Durante la noche se encontró el cuerpo de la directora de la escuela, Tahira Qazi, entre los escombros del edificio.

Su muerte elevó a 141 la cifra de muertos.    Qazi, que estaba en su oficina cuando los milicianos llegaron al edificio de administración, a unos 20 metros (yardas) del auditorio, corrió y se encerró en el baño, pero los atacantes lanzaron una granada a través de un conducto de ventilación y la mataron, dijo el portavoz.

Algunos de los funerales se celebraron durante la noche, pero estaba previsto que la mayoría de los 132 niños y 10 empleados de la escuela fallecidos en el ataque se enterrasen el miércoles. Otros 121 estudiantes y tres empleados resultaron heridos.

“Terminaron en minutos con aquello para lo que viví toda la vida: mi hijo”, dijo entre lágrimas el trabajador Ajtar Husain mientras enterraba a su hijo de 14 años, Fahad. El padre dijo haber trabajado años en Dubái para labrar un futuro para sus hijos.

“Este inocente está ahora en la tumba, y no puedo esperar para unirme a él, ya no puedo vivir”, se lamentó, llorando y golpeándose la cabeza con los puños.    Los talibanes dijeron que el ataque era una venganza por la ofensiva militar contra sus bastiones en el noroeste. El despliegue, junto a la frontera con Afganistán, comenzó en junio.

Los analistas señalaron que el asalto a la escuela demuestra que incluso mermados, los milicianos aún pueden causar matanzas espantosas.    El ataque provocó una rápida condena en todo el mundo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que “los terroristas han mostrado una vez más su depravación”.

La joven Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, superviviente de un ataque talibán, dijo tener “el corazón roto” por el suceso.    Incluso milicianos talibanes en la vecina Afganistán criticaron la matanza, que tacharon de “no islámica”.

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, prometió redoblar la campaña militar contra los milicianos, que también reciben ataques de aviones estadounidenses no tripulados.    “No debemos olvidar estas escenas”, dijo Sharif el miércoles tras una reunión de alto nivel en Peshawar. “Cómo dejaron agujeros de bala en los cuerpos de niños inocentes, cómo destrozaron sus rostros con balas”.

Sharif dijo haber hablado el martes por la noche con el presidente afgano, Ashraf Ghani, sobre cómo ambos países podrían hacer más contra el terrorismo. Ambos acordaron lanzar nuevas operaciones en sus lados de la frontera, dijo, prometiendo “limpiar esta región de terrorismo”.

En la vecina India, que ha acusado durante años a Pakistán de apoyar guerrillas anti India, las escuelas guardaron el miércoles dos minutos de silencio por las víctimas de Peshawar a instancia del primer ministro, Narendra Modi, que describió el ataque como “un acto insensible de inefable brutalidad”.

En un correo electrónico el miércoles, el portavoz talibán paquistaní Mohamad Jurasani afirmó que el ataque estaba justificado porque, supuestamente, el ejército paquistaní lleva años matando niños inocentes y familias de combatientes.    El portavoz prometió más ataques similares y dijo a los civiles paquistaníes que se distancien de cualquier institución militar.

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