Palabra comprometida

<p>Palabra comprometida</p>

La puesta en vigencia del Seguro Familiar de Salud parece amenazada esta vez por discrepancias entre el Colegio Médico Dominicano (CMD), representantes de los trabajadores  y el sector patronal.

Los médicos argumentan que se retirarían del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) porque los empresarios estarían decidiendo por su cuenta los honorarios por atenciones a afiliados del Seguro Familiar de Salud.

Las disputa por este aspecto en particular parecía haber sido zanjada desde que el Presidente Leonel Fernández se reunió, en diciembre pasado, con los diferentes sectores para decidir ponerle plazo a la entrada en vigencia del seguro familiar.

Por el otro lado, representantes de los trabajadores acusan al sector patronal de supuestamente estar conspirando para impedir que el seguro familiar entre en vigencia como ha previsto el Gobierno.

Estas discrepancias no parecen tener razón de ser después de los acuerdos logrados en la cumbre de diciembre, en la que se establecieron plazos para tomar las decisiones pertinentes en relación con el seguro familiar y las normativas que regirán sus servicios a los trabajadores y sus familias.

Al menos, esa fue la impresión que dejó aquella cumbre.

Lo cierto es que hay sectores interesados en manipular a su antojo la Ley de Seguridad Social y todos los instrumentos que deben servir para poner en marcha sus servicios.

Es asombrosa la relativa facilidad con que esos sectores colaboraron para la elaboración de la Ley de Seguridad Social y las dificultades y obstáculos que han puesto para impedir su plena aplicación.

Lo único fácil fue crear el Fondo de Pensiones, y estimamos que ha sido así por un error de cálculo de una parte del empresariado, que creyó que tendría acceso fácil a los recursos de ese fondo para financiar operaciones comerciales y otras actividades.

El Gobierno ya tomó la iniciativa de ponerle fecha -1 de junio de este año- a la arrancada del Seguro Familiar de Salud y debe mantener su posición.

La falta de este programa está ocasionando serios perjuicios a una población que necesita estar mejor amparada en términos de atención en salud.

En esta materia de la seguridad social nuestro país está entre los más rezagados del mundo, a pesar de que cuenta con la base jurídica para proveer este beneficio a la población.

El esquema de seguridad social que todavía se continúa aplicando es excluyente y desfasado de la realidad socio económica de la edad contemporánea.

Lo ideal será que médicos, empresarios y trabajadores armonicen sus relaciones para evitar una marcha traumática hacia el seguro familiar. Ahora bien, por encima de estas disquisiciones deben estar los intereses del país y la palabra comprometida del Gobierno.

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