Palabras prestadas. Duarte y la juventud del siglo XXI

Palabras prestadas. Duarte y la juventud del siglo XXI

Un País ubicado en el corazón del Mar.
Ubicado en lo más recóndito de las esperanzas,
inerte ante las posibilidades,
tierra nunca olvidada,
lugar de invencibles,
dirigido por grandes,
e ideado por benditas  voluntades.

Ubicado en el corazón del mar,
cuyas aguas reflejan astucia y deseos de no cesar,
siempre en caminos de porvenir,
resaltada la luz del perseverar.

Una nueva perspectiva a nuestro andar,
no quedarse atrás,
mirar hacia delante hasta ya no poder más.

Recuerdos e historias lo han creado,
lo han evolucionado,
y manteniendo en la memoria
el no descansar de tantos,
se han instaurado consignas de tal grado
que enorgullecen a todos los dominicanos.

Y así, escrutando necesidades, inculcando valores,
postrados a merced del desasosiego de la insensatez,
declamo mí patria ante un nuevo renacer.

Porque el silencio atenta contra el idealismo innegable ante aquel amanecer,
siendo aún innovadora e ingeniosa,
la actitud representativa de la juventud que se involucra
en cambios que tienen que cambiar
al tratar de no caer,
hasta de nuevo empezar. Jeremy Jiménez

Conocí a este joven poeta, casi abogado, aprendiz de escritor y sensible y comprometido con la sociedad, hace unos meses. Se me acercó discreto. Quería tener contacto conmigo, le abrí las puertas de mi despacho y de mi corazón con la ilusión de que en ese vida que se abría camino se encontraba la esperanza de la patria. Hemos hecho varias actividades.  La última fue un conversatorio sobre Duarte.  Los jóvenes leyeron poesías escritas por ellos, y luego intervine yo con una conferencia sobre los valores de Duarte a la luz del siglo XXI.  Salí cansada y reconfortada de ese largo encuentro. Hay jóvenes que sueñan y tratan desde sus posiciones, luchar por un país mejor.

 Jeremy me hizo entrega de dos poesías y un pequeño ensayo.  Al leerlos, me quedé impresionada. Estaban no solo bien escritos, sino que reflejaban sus más hondos sentimientos sobre el derrotero de la patria, de nuestra patria.  Por esta razón, he querido hoy tomarle prestadas sus palabras para darlas a conocer a los lectores de esta columna. Tituló su reflexión Juan Pablo Duarte, “eterno servidor de la patria”.  Por razones de espacio tuve que cortar algunos fragmentos.

 “Juan Pablo Duarte  fue un ser humano que vivió y luchó por sacros ideales, patriota que debido a esto ha sido considerado por todos los dominicanos como un gigante en semblantes éticos y morales, ya que todavía después de más de un siglo, continua sirviendo a la patria con su ejemplo de honorabilidad, valía y respeto, dejando en nuestros corazones la frase que reza: “vivir sin patria, es lo mismo que vivir sin honor”, y a quien, se le ha otorgado el reconocimiento de ser un coloso de la libertad, por haber ideado con audacia el movimiento separatista nacional que instaura la independencia de la República Dominicana, el 27 de febrero de 1844. El manifiesto de su quehacer político revelado en la creación de las sociedades secretas “la trinitaria y la filantrópica”,  además del discurrir de sus valores humanísticos, a través de todos los actos de su vida, denotan la grandeza de Juan Pablo Duarte, primer dominicano auténtico, utópico, soñador, valiente y sacrificado, quien como joven de adulta conciencia rompió con los esquemas estigmatizados de la época, logrando así reformar el rumbo de toda una nación, el de la nación dominicana.

   “La figura del patricio Duarte debe ser el principal  símbolo de referencia del patriotismo nacional dominicano, toda vez que este durante toda su vida se identificó con la promoción de una causa justa y noble, mejor conocida como la libertad de su pueblo. Juan Pablo Duarte construyo un credo, edificado en tres pilares supremos: “Dios, Patria y Libertad”,  y con esto contagio a los que carecían de un sueño, alcanzando de este modo, luego de muchas pugnas y derroteros, su mayor aspiración y quimera de ensueño, el nacimiento de una República libre e independiente. La idea que Duarte tenia de nuestra República antes de su formación era la de todo un republicano, anticolonialista, liberal y progresista….

 “Juan Pablo Duarte nos enseño una lección invaluable, sirviendo a su nación por medio de la lucha de un ideal de liberación,  y se trata de que la vida tiene un propósito y, sin importar cual fuere, debemos dar todo lo que este dentro de nuestro alcance para concretizar ese ideal que implicara siempre servir para vivir….

 “Hay quienes tras una vida de servicios, sostienen cristalizadas perspectivas con respecto a las debilidades de sus más allegados; y más allá, quienes logran comprender que debían hacer para fortalecer sus debilidades, porque la vida del que sirve siempre será un constante luchar por recuperar las esperanzas de los que sirven, ya que las ilusiones se desvanecen por atrocidades y acontecimientos vánales que se incrustan dentro de la mente de la gente como un rechazo inexorable a todo referente de compromiso y servicio hacia el prójimo, lo cual es lamentable. Le sucedió a Duarte después de la independencia nacional de 1844, quien fue olvidado y desterrado de la tierra por la que vivió. Mantengamos viva  la llama de la independencia y recordemos por siempre la labor de quien en vida fue un héroe….

 “Por tanto,  hoy por hoy, la figura del “servidor eterno de la patria”, Juan Pablo Duarte, debe estremecer conciencias, y su concepto de apoyo social debe acompañar a las presentes generaciones y jamás apartarse de ellas, porque la batalla de servir continua, sea en lo político,  porque el político está llamado a servir, o sea en lo cultural, porque el que escribe, pinta o canta también debe servir a los demás.

 “La humildad es la base de una conjetura con miras a las alturas, cosa inherente al servidor. El interés primordial del que ayuda es observar la satisfacción en el rostro de las personas, sin distinción alguna, por haber recibido un servicio grato, sin magnificar la remuneración.

 “Los valores son la base de la conciencia moral, pero ésta no sólo se crea, sino que se transforma en el deber de servir. Y es así porque los ideales de servicio, como decíamos, resumen una serie de valores que quisiéramos se plasmaran en el mundo que nos rodea. Toda idea del bien se orienta hacia un ideal, y todo ideal resume una idea del bien. El servir es un ideal; y por ende, un realizador de la bondad. Duarte fue un servidor que lucho por un ideal justo y repleto de bondad….

 “Democracia, patriotismo, nacionalismo, humildad, valentía y respeto, son algunos de los valores que realizan un ideal de servicio, los cuales deben de ser una característica común al joven actual. El ideal de por si es vida, porque sin el mismo, caminar con rumbo certero seria incierto, y los caminos nos sobraran, pero realmente no sabríamos cual de todos tomar si no se tuviera un ideal. No obstante, si perseveramos en la materialización del bien, seguramente, nuestro tributo será, ya sea a largo o mediano plazo, recompensado, y si así lo aceptamos, haremos del ideal una planificación equilibrada del servicio ideal.

 “Así pues, a los jóvenes servidores, visionarios, futuristas y patrióticos, les exhorto a que tengamos el coraje y la decisión de hacer nuestros sueños realidad, como lo hizo Juan Pablo Duarte, eterno servidor de la patria, porque esto se trata en solo servir a los demás, porque ahora el turno nos toca a nosotros. Así que como Duarte, vamos a servir sin desgano y a trabajar sin descanso, por una patria más humana, equitativa, libre y justa.”

 

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