Palabrería
Habla, el doctor Fernández, como si hubiera llegado ayer

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Dicen que el Presidente Leonel Fernández es el mejor discípulo político del doctor Joaquín Balaguer y no tengo razones para dudarlo.

Si no recuerdo mal en una ocasión Balaguer dijo que estaba ciego y sordo, ante alguna pregunta relacionada con problemas nacionales.

Leonel Fernández tiene tales habilidades que, como por arte de birlibirloque, sin proclamarse ciego y sordo ni ve, ni escucha. Ejerce la Presidencia de la República como quien habla desde lejos, sobre acontecimientos ocurridos en otro país en otro tiempo.

Habla con una increíble precisión sobre los temas que le interesa, como si no le importara lo que ocurre en su entorno.

Quizá entiende que está por encima del bien y del mal. Esta semana se le ocurrió convocar una reunión en el Palacio Nacional para hablar de transparencia y eficiencia en la función pública: teorizar, ejercer el arte del fuego fatuo verbal.

El Presidente Fernández es burlón, desconsiderado e irrespetuoso de la inteligencia de los demás.

Quizá se considera que está por encima de sus coetáneos por considerarse el ciudadano más ilustrado de su tiempo, como dice Balaguer de Buenaventura Báez, en “Los Próceres Escritores”.

Entonces comienza el hombre a caminar sobre una alfombra de nubes que, aunque invisible, es tendida a su paso por áulicos cuyo fin es ejercer el repugnante arte de la adulación rastrera.

En su desprecio por los demás, el doctor Fernández se atrevió a desear “Que el año 2011 sea un año de prosperidad  ventura y armonía para todo el pueblo dominicano”.

Hay que tener una gran fuerza de cara para formular una declaración como esa cuando él es de los principales culpables de la situación actual.

¿Cómo se sustenta la felicidad de un pueblo?

Con trabajo (se han perdido miles de empleos).

Con salud (el presupuesto es insuficiente y manejado que…mejor no digo).

Con educación (la escandalosa declaración de Leonel fue más que una evasiva una burla. No hay presupuesto para la educación nacional y este señor ofrece construir una universidad en Haití).

Habla de transparencia cuando sabe que en su gobierno no se dice “za..” sin que dejen el limpio los funcionarios pues antes de que termine la palabra muchos entienden que se va a decir “zape” pero era zapato.

Habla, el doctor Fernández, como si hubiera llegado ayer, como si no supiera nada, como si tuviera voz para cantar aquel aire que decía:

Yo no sé nada/ Yo llegué ahora mismo/ Si algo pasó/ Yo no estaba aquí

Que si lo dijeron/ Que si alguien lo vio/ Que si lo cogieron/ Que si que se yo.

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