GAZA (AFP).- Al grito de «¡venganza!», 200.000 palestinos rindieron este domingo en Gaza y Cisjordania un último homenaje al jefe del Hamas, Abdelaziz al Rantissi, asesinado por Israel en un ataque áereo tras el cual el movimiento radical palestino amenaza con desatar un «volcán de venganza» contra el Estado hebreo.

Para nada impresionado por estas manifestaciones ni por la ola de críticas en el mundo contra el asesinato de Rantissi, el primer ministro israelí Ariel Sharon anunció este domingo que la eliminación de «terroristas» continuará antes de una retirada de Israel de Gaza.

Envuelto en la bandera verde de Hamas, los restos mortales con el rostro descubierto de Rantissi fueron trasladados a hombros por activistas del movimiento radical desde el hospital Al Chifa, donde falleció a consecuencia de las heridas sufridas en el ataque, hacia la casa de la familia en el barrio Al Nasr, en el norte de la ciudad de Gaza.

Enarbolando enormes banderas verdes de Hamas en la que se podía leer «no hay otro dios que Dios y Mahoma es su profeta», la compacta muchedumbre, estimada en unas 200.000 personas, caminó por las principales calles de Gaza mientras que hombres armados disparaban al aire.

Los gritos reclamando venganza y atentados en Tel Aviv eran los más oídos.

«Sharon prepara los lienzos, la respuesta de las Qassam llega», gritaba la muchedumbre en alusión a las Brigadas Ezzedin Al Qassam, el brazo armado del Hamas, responsable de los atentados más sangrientos en Israel.

Con el rostro cubierto, activistas de las Brigadas Al Qassam y otros grupos armados enarbolaban fusiles automáticos o lanza cohetes RPG.

Oradores de Hamas arengaban a la masa y reclamaban venganza en los altavoces colocados en camionetas.

Rantissi, que tenía 56 años, y sus dos guardaespaldas asesinados en el ataque israelí, fueron trasladados al «cementerio de los mártires», donde también había sido inhumado el jefe espiritual y fundador del movimiento Ahmed Yassin tras su asesinato el 22 de marzo por Israel en circunstancias similares.

Mientras tanto, el Hamas designó a un nuevo dirigente para los territorios palestinos, sin revelar su identidad por razones de seguridad, y prometió «un volcán de venganza» contra Israel.

«Vamos a hacer estallar un volcán de venganza», afirmaron las Brigadas Ezzedin Al Qassam. «Vengaremos centuplicada la sangre de Rantissi y de Yassin», agregaron.

En Israel, el ejército, la policía y los servicios de seguridad estaban en estado de alerta general por temor a atentados y el cierre de Cisjordania y de la franja de Gaza, vigente desde la eliminación de Yassin, fue reforzado.

Sharon envió este domingo por la noche una clara advertencia a los que osen atacar a Israel, al inaugurar en Jerusalén las ceremonias en recuerdo a la Shoa, el genocidio judío perpetrado por los nazis durante la segunda guerra mundial.

«Nunca permitiremos a los asesinos de hoy, ni a los de mañana, que ataquen a nuestro pueblo. Aquel que ose hacerlo, será castigado», declaró Sharon.

En el terreno, un palestino resultó muerto y otro gravemente herido este domingo en una manifestación contra el muro de separación, que construye Israel, en la localidad de Biddo, un pueblo palestino situado al noroeste de Jerusalén, informaron fuentes médicas palestinas.

El ejército israelí entregó además el cadáver de otro palestino, que murió al ser alcanzado por disparos israelíes en la madrugada del domingo en el sector de la colonia judía de Netzarim, al sur de la ciudad de Gaza, según las mismas fuentes.

Con estas muertes, se eleva a 3.912 el número de víctimas mortales desde el inicio de la Intifada, a finales de septiembre de 2000, entre ellas 2.944 palestinos y 899 israelíes.