Palito a palito

Palito a palito

No me estoy refiriendo a ningún garrote diminuto o a macana alguna. Tampoco a bebida alcohólica, que aquí, Puerto Rico y en otros lugares circunvecinos llamamos palo: Vamos  a darnos unos palos.

A veces edulcoramos, y al llamarlo palito, parece socialmente más aceptable, una forma más honorable del atragantamiento etílico.

Recuerdo una comedia puesta en escena por don Paco Escribano, Cine Julia, donde hoy se establece Plaza Lama. Fue con el tema de una de las sediciones en contra del régimen tiránico de Trujillo. No preciso si la invasión de Luperón o de Constanza.

El cuadro que pinta el autor o guionista es el de uno de los invasores que llega muerto de sed a un bohío, y pide al campesino un palito (un poco de agua) para saciar la sed, y el personaje que encarnaba don Paco, colocado a espaldas del sedicioso, dice para sí:

– ¿Quieres un palito? Ya lo tendrás, para que no se te olvide.

Y en seguida le “ajustó” tremendo leñazo en la cabeza, con lo cual el expedicionario tuvo bastante.

Vale la pena recordar y hacer mención de algunos de estos usos y recursos. La aplicación y extensión del empleo de un vocablo. Sus derivaciones que permiten mayor riqueza y despierta la imaginación del hablante, acerca de la riqueza del lenguaje. Pero que también traen confusiones.

Veamos una ocurrente aplicación. Se trata de don Gervasio, oriundo de un campo de Nagua, con largos años de establecido por los alrededores de la urbanización Tropical, Kilómetro 7½, Prolongación Independencia. Personaje con cerca de ochenta años.

Estos barrios son tranquilos. La mayoría de sus moradores salen por la mañana al trabajo, sus hijos van a colegios y universidades y algo así sucede por las tardes, o llegan tarde de sus deberes.  Muchos regresan a la altura del anochecer o ya de noche y se encierran a su descanso y menesteres indispensables en la casa.

Claro, casi todas la viviendas cuentan con uno que otro servicio. Viejas gordas, viejas flacas; larguiruchas, antipáticas, desdentadas, sabrosonas….Pero de tarde en tarde irrumpe una prometedora y anima a don Gervasio y a la juventud que se reúne con él para hablar de la pelota, de la situación económica, la política, el porvenir, la elección de medio tiempo y del “supremazo” que le acaban de dar a la Constitución y la Justicia.

Para una época de clasificación, llegó un refuerzo, pero no a ninguno de los equipos que esperaban dar la batalla, sino a unos vecinos de don Gervasio, que ni tan pesado ni perezoso se encuentra para  dejar de echarle el ojo a cualquiera “importada” que pueda traer entusiasmo y rendimiento para la serie final de sus incursiones.

Acababa de llegar del campo, con todo el don de servicio, cordialidad y simpatía para todo el pedazo y sus pobladores.

Es una trigueña bien clara, de pelo lacio, muy lindo, cuerpo atractivo y posadera que mueve con tongoneo cibaeño. Muchas cualidades para que la “trouppe” de don Gervasio comenzara a hacer cerebro.

Desde que llegó, todos trataron de ganar su simpatía y amistad. Ella muy halagada,  repartía sonrisas.

Ya le preguntan si iba al colmado o al colegio cercano a buscar a los niños de la casa. Ella sonreía afable.

Así una y otra vez, contestaba con educación y dulzura. Pero rechazaba toda insinuación de acompañamiento. Sin embargo, hacía de buen gusto cualquier mandado que le agregaban a las encomiendas domésticas, cuando iba a la pulpería o a cualquier otro lugar:

     – Cómprame esto

     – Tráeme aquello, etc.

Don Gervasio lo hizo una que otra vez. Pero se fue retrayendo y concentrándose.

Sus ad-láteres lo notaban algo raro. Hasta que una tarde el dueño de la tertulia le dijo a la trigueña:

      – Hazme el favor de comprarme una cajita de fósforos.

Para esa época estaban de moda unos fósforos de cartón, que venía en una especie de sobrecito también de cartón.

Y la joven le preguntó:

      – Los quiere de cajetica o de sobrecito, don Gervasio?

El solicitante le respondió:

–         Tráemelo de lo que tú quieras. Eso sí, yo lo que quiero es que me los traigas palito a palito.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas