Pan con todo

Pan con todo

MADRID, EFE. En España se les llama ‘bocadillos’, aunque ha hecho fortuna la forma juvenil ‘bocata’; mucha gente les llama, en muchos sitios, a la inglesa, ‘sandwiches’; hay quien mantiene el término ‘emparedados’, o ‘entrepanes’; y va entrando la forma italiana, ‘panini’.

Todo para designar algo tan sencillo como dos mitades de un pan, o de un trozo de pan, o dos rebanadas de pan de molde, con algo dentro. Hay que decir que, en España, la voz ‘sandwich’ se reserva a esta última modalidad.

Hay que ver la que armó Lord Sandwich con su bocadillo de carne… La verdad es que un bocadillo es una cosa que puede estar muy rica, dependiendo del pan y, claro, del contenido. Además, y salvo casos muy elaborados, de los que veremos alguno, se prepara rápida y fácilmente.

En España hay varios bocadillos consagrados. El de jamón, por supuesto, pero también, en ese terreno porcino, el de chorizo. También el de queso, generalmente manchego, de oveja. Tienen éxito los de tortilla de patatas y los de calamares fritos, cortados en aros. Y, de los que tienen como base las conservas, los más usuales son los de bonito (atún claro, o blanco) con tomate, de caballa con pimientos y de sardinas en aceite de oliva. Todo ello sin contar el clásico ‘pepito’, cuyo protagonista es un tierno debe ser siempre tierno bistec de ternera.

En el mundo de los ‘sandwiches’, los más consumidos son el llamado ‘mixto’, de jamón tipo York y queso tipo lonchas, de nata, y el bautizado como ‘vegetal’, que aparte de lechuga, tomate, espárragos y mayonesa puede, y suele, llevar huevo cocido y hasta atún.

De las importaciones estadounidenses, ha tenido mucho más éxito la hamburguesa aunque a mí me resulte difícil llamar ‘bocadillo’ a una hamburguesa, por más que técnicamente lo sea, que el ‘hot dog’ o ‘perrito caliente’. Pero, en general, cualquier alimento, o casi cualquiera, es susceptible de ser presentado entre panes.

Yo guardo un recuerdo magnífico de un bocadillo que me preparaban a veces de niño: de nueces con miel. Pringar pringaba lo suyo, pero estaba buenísimo. Y otro de mis favoritos, superada la infancia, es el que contiene merluza rebozada y frita, fría, con un toque de salsa mayonesa.

Últimamente surgen bocadillos ‘de fantasía’. Por ejemplo: corten al medio un panecillo redondo. Deshojen y laven unas cuantas hojitas de albahaca fresca.

[b]ALGUNAS SUGERENCIAS[/b]

Laven y pelen un tomate rojo compacto y córtenlo en rodajas finas. Laven y corten al tamaño del pan un par de hojas de buena lechuga. Corten en lonchas un poco de mozzarella de búfala. Finalmente, escurran bien unas cuantas anchoas en aceite de oliva.

Pongan sobre la base del pan la lechuga, cúbranla con el tomate, pongan encima la mozzarella, sobre ella un poco de albahaca y, coronando, unos filetes de anchoa. Si tienen a mano salsa ‘pesto’, ese invento genovés a base de albahaca, pónganle un chorrito, rebajado con mayonesa. Cubran con la tapa del pan… y listo.

A mí me gusta mucho el ‘aprovechamiento’ del roast beef sobrante. Simplemente corto al medio un pan pequeño, una chapata individual; coloco sobre la base una rodaja de roast beef frío, ni gorda ni fina; la alegro con unos aros, éstos sí finos, de cebolla; salseo con un par de cucharadas de mayonesa ilustrada con pepinillo picado, alcaparritas y un poco de mostaza de Dijon, tapo… y adentro.

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